El euskera intenta abrirse paso
S¨®lo un 25% de los vascos conoce su idioma, pese a la masiva campa?a de apoyo del Gobierno aut¨®nomo
Diez a?os de programas de normalizaci¨®n ling¨¹¨ªstica han logrado incrementar en casi 100.000 personas el n¨²mero de vascohablantes, pero no han disipado la carga simb¨®lica que pesa sobre el euskera y condiciona su recuperaci¨®n. Sobre el papel est¨¢ todo dicho. Sin embargo, su esp¨ªritu sigue provocando tormentas en una sociedad en la que s¨®lo uno de cada cuatro habitantes conoce las dos lenguas oficiales.Es utilizado tanto para invocar la integraci¨®n como para la m¨¢s radical de las segregaciones, pasando en horas de ser un ni?o mimado al fantasma que divide a la ciudadan¨ªa. En torno al euskera se han enroscado posiciones a favor y en contra, y miles de personas se han visto implicadas en el debate. La escuela y la euskaldunizaci¨®n de la Administraci¨®n, los dos ejes fundamentales sobre los que el Gobierno vasco intenta avanzar en el camino del biling¨¹¨ªsmo, sufren m¨¢s directamente las consecuencias. El armisticio pol¨ªtico en el sistema educativo del Pa¨ªs Vasco lleg¨® con la firma del pacto escolar entre PNV y PSE. Despu¨¦s de varios intentos fallidos, los partidos que sustentan el Ejecutivo de Ardanza consensuaron en junio de 1992 las bases para reordenar un mapa educativo en el que, junto a las redes p¨²blica y privada de ense?anza, conviv¨ªan las ikastolas.
Surgidas para hacer frente a la demanda de ense?anza en euskera cuando la Administraci¨®n negaba esa posibilidad, las ikastolas se beneficiaron durante a?os de una sobrefinanciaci¨®n con cargo al presupuesto p¨²blico, gracias al apoyo que el PNV prest¨® a sus intereses.
Las leyes que derivaron del pacto escolar -la ley de la Escuela P¨²blica Vasca y la de Cuerpos Docentes- marcaron el nuevo orden en el sistema educativo. S¨®lo pervivir¨ªan dos redes escolares, la p¨²blica y la privada, y las ikastolas deb¨ªan optar por integrarse en una de ellas. Finalmente, 61 centros decidieron mantener su car¨¢cter privado y defender a ultranza su proyecto "de escuela vasca, de escuela que responde en su idioma a la cultura del pa¨ªs".
La oferta de modelos ling¨¹¨ªsticos en la escuela no se ha alterado. Progresivamente, los modelos B (biling¨¹e) y D (ense?anza en euskera con el castellano como asignatura) van ganando terreno al A, en el que el castellano es la lengua vehicular y el euskera ocupa el rango de segundo idioma. El avance de euskera en la escuela ha permitido que entre 1981 y 1991 el porcentaje de biling¨¹es se duplique y llegue casi al 40% en el segmento de edad entre cinco y 14 a?os. En el total de la poblaci¨®n, en cambio, el conocimento de las dos lenguas s¨®lo llega a un 25%. La elecci¨®n queda a criterio de los padres.
El vicelehendakari y consejero de Educaci¨®n, el socialista Fernando Buesa, se?ala que "los derechos ling¨¹¨ªsticos quedan garantizados porque se ha actuado en funci¨®n de la demanda social". Los centros de euskaldunizaci¨®n de adultos tendr¨¢n en sus aulas este curso 43.000 alumnos, en su mayor¨ªa funcionarios obligados por ley a demostrar sus conocimientos de vasco. Aunque no todos los empleados p¨²blicos tendr¨¢n que acreditar un determinado perfil ling¨¹¨ªstico antes de julio de 1995. Han quedado exentos los mayores de 45 a?os y las personas con minusval¨ªas.
Para todos los dem¨¢s se ha aplicado un c¨¢lculo que tiene en cuenta el entorno socioling¨¹¨ªstico de cada puesto de trabajo. Los datos medios se?alan que s¨®lo el 33% de los funcionarios deber¨¢ aprobar los ex¨¢menes para mantenerse en su puesto. Aun as¨ª, el plan crispa a buena parte de los afectados. Las posiciones m¨¢s cr¨ªticas acusan al programa de euskaldunizaci¨®n de "filtro, imposici¨®n e intento de discriminaci¨®n ideol¨®gica".
Los resultados obtenidos hasta ahora son desalentadores. A pesar de que el Instituto Vasco de Administraci¨®n P¨²blica sostiene que el 80% de estos funcionarios lograr¨¢ cumplir el objetivo, en las ¨²ltimas pruebas casi la mitad suspendieron el examen, un porcentaje muy similar al registrado en anteriores convocatorias.
El proceso de extensi¨®n de la lengua cuenta con abundantes recursos econ¨®micos. Extender el biling¨¹¨ªsmo cuesta a cada ciudadano de la comunidad vasca 2.500 pesetas al a?o. "Un coste insoportable", en opini¨®n de UGT, y escaso para las organizaciones que demandan mayor presencia social del idioma vasco. En los ¨²ltimos 11 a?os las cantidades destinadas directamente a la euskaldunizaci¨®n por la Administraci¨®n auton¨®mica y las diputaciones suman m¨¢s de 56.000 millones de pesetas, sin contar el dinero invertido por los ayuntamientos.
El dinero no sirve, sin embargo, para potenciar el mecanismo m¨¢s eficaz: la transmisi¨®n familiar. "Si no somos capaces de llevar la lengua a las relaciones familiares, el proceso de euskaldunizaci¨®n no podr¨¢ salir adelante. El idioma se empobrece", advierten los expertos. "Corremos el riesgo de reducir el euskera a una lengua de un s¨®lo registro".
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