Los desaf¨ªos de la recuperaci¨®n
Las subidas de tipos y la inestabilidad cambiaria amenazan con entorpecer la mejora de la econom¨ªa mundial
Hans Tietmeyer, presidente del Bundesbank, lanz¨® dos mensajes muy claros a la comunidad econ¨®mica internacional reunida en Madrid con motivo de la Asamblea anual del FMI y el Banco Mundial: Olv¨ªdense de acuerdos cambiarlos y de coordinaci¨®n monetaria y ded¨ªquense a vigilar la inflaci¨®n y sanear las finanzas p¨²blicas. ?sta es, a su juicio, la mejor receta para devolver la calma a los mercados, donde los tipos a largo plazo se han disparado por temor a que el crecimiento sea inflacionista, y garantizar una recuperaci¨®n sana y duradera.Frente a Tietmeyer, que ha sido suscrita por sus socios del Grupo de los Siete, -especialmente por el secretario del Tesoro estadounidense, Lloyd Bentsen-, un plantel de profesores y autoridades del mundo financiero, como el anterior presidente de la Reserva Federal de EE UU, Paul Volcker, aprovecharon el aniversario de los 50 a?os de los acuerdos Bretton Woods, para insistir en la necesidad de alcanzar un acuerdo cambiario que obligue a una mayor coordinaci¨®n monetaria y econ¨®mica.
Este sistema, pro ponen, podr¨ªa estar supervisado por el FMI. "Todo futuro sistema monetario internacional deber¨¢ centrarse en las tres principales divisas que dominan el comercio y los movimientos de capital: el d¨®lar, el yen y el marco alem¨¢n", se?ala en su informe la Comisi¨®n Bretton Woods que preside Volcker y que est¨¢ integrada por personas de la banca y del mundo acad¨¦mico.
Las llamadas a la cooperaci¨®n no son nuevas. Se repiten en todas las reuniones del FMI. Como tampoco lo son las voces nost¨¢lgicas que reivindican un sistema similar al de Bretton Woods, que estableci¨® unos tipos de cambio semifijos en tomo al d¨®lar y garantiz¨® la estabilidad cambiar¨ªa durante las d¨¦cadas de los cincuenta y sesenta. En la memoria de otros est¨¢ el reciente fracaso del Sistema Monetario Europeo que dej¨® en evidencia la incapacidad de las autoridades monetarias internacionales para comprender e incidir en los mercados.
Coordinar m¨¢s las intervenciones y oficializar una zona de cambio o no dar pistas al mercado y dedicarse a corregir los desequilibrios dom¨¦sticos. El debate refleja el desconcierto de las autoridades a la hora de poner freno, a las subidas de tipos de inter¨¦s en los mercados de deuda y a los desajustes cambiarios (concentrados hoy en el d¨®lar y el yen) que amenazan con entorpecer la buena marcha de la econom¨ªa: el aumento de los intereses a largo plazo, porque encarece la financiaci¨®n de los d¨¦ficit p¨²blicos y de las empresas que, cada vez m¨¢s, emiten deuda en los mercados, y los vaivenes del d¨®lar, porque enturbian las relaciones comerciales.
"Vigilaremos la inflaci¨®n y reduciremos el gasto p¨²blico", asegur¨® el G-7 y recomend¨® el FMI. Pero esta misma semana las rentabilidades de los bonos han seguido subiendo. Los datos que demuestran la fortaleza del crecimiento econ¨®mico en EE UU, como el descenso del paro en septiembre hasta el 5,9%, pesan m¨¢s. El temor a un recalentamiento de la econom¨ªa estadounidense y una exagerada reacci¨®n a las expectativas de crecimiento en Europa han reavivado los temores inflacionistas. El bund alem¨¢n a diez a?os lleg¨® esta semana al 7,75%, el nivel m¨¢s alto del a?o y el bono equivalente espa?ol lleg¨® al 11,25%. La rentabilidad de estos activos p¨²blicos ha subido m¨¢s de tres puntos desde febrero.
"Cuando todo el mundo habla de que van a contener la inflaci¨®n, el mercado sospecha", dice Henrik Lumholdt, de FG Inversiones. "El mercado es m¨¢s duro que antes a la hora de juzgar la pol¨ªtica econ¨®mica de un Gobierno porque algunos pa¨ªses han alcanzado el porcentaje mayor de la historia de deuda p¨²blica sobre, el Producto Interior Bruto".
Es, precisamente, este desequilibrio y las divergencias existentes entre las econom¨ªas lo que dificulta alcanzar un acuerdo cambiario que comprometa la pol¨ªtica monetaria de los participantes. Aun siendo un objetivo deseable, dice Emilio Ontiveros, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Empresa, no es el momento para plantearlo. "Primero hay que alcanzar la convergencia nominal. luego coordinar las pol¨ªticas econ¨®micas y, por ¨²timo, buscar alg¨²n acuerdo de estabilidad cambiaria".
Ahora o dentro de unos a?os, lo que tambi¨¦n ha quedado claro en la reuni¨®n de la asamblea es que el nuevo orden monetario ya no queda s¨®lo en manos del G-7 (Estados Unidos, Jap¨®n, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Canad¨¢). Juan P¨¦rez Campanero, economista jefe de JP Morgan, cree que los mercados emergentes del sureste asi¨¢tico y latinoam¨¦rico, que han entrado de lleno en la competencia por los flujos privados de capital, juegan un papel cada vez m¨¢s importante en la econom¨ªa mundial.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.