Finlandia vota 's¨ª' a su integraci¨®n en la Uni¨®n Europea y abre el camino a la ampliaci¨®n n¨®rdica
Finlandia ya es parte de Europa. Los ciudadanos finlandeses otorgaron ayer mayoritariamente su voto a la integraci¨®n en la Uni¨®n Europea (UE), en un refer¨¦ndum consultivo. El resultado abre buenas perspectivas a la ampliaci¨®n n¨®rdica. Los s¨ªes aIcanzaron el 57%, contra el 43% los noes. Las grandes ciudades decantaron la votaci¨®n. El presidente de la Rep¨²blica, Martti Ahtisaari, advirti¨® que ¨¦sta es "moral y pol¨ªticamente vinculante" para el Parlamento, que decide en ¨²ltima instancia. El temor a la inestabilidad procedente del Este y la necesidad de resituarse en el mundo, una vez desaparecida la Uni¨®n Sovi¨¦tica han sido determinantes en la votaci¨®n.
La jornada se desarroll¨® con alma. La participaci¨®n alcanz¨® el 74,2% del censo, superior al 72% de las legislativas de 1991 y al 70,9% de las municipales de 1992, pero inferior a las presidenciales de enero. 1,2 millones de ciudadanos votaron anticipadamente, entre el 5 y el 11 de octubre.El 57% afirmativo es inferior al 66,4% de Austria, un pa¨ªs entretejido con el n¨²cleo duro de la historia europea. Pero los 396.000 votos de ventaja del s¨ª (1,6 millones) centuplican los 4.000 negativos del primer refer¨¦ndum dan¨¦s, el pionero de los n¨®rdicos. Cuatro grandes ciudades (Helsinki, Espoo, Vantaa y Kauniainen) decantaron la balanza, con un europe¨ªsmo del 74,6% y una resistencia del 25,4%. Las zonas agrarias y Laponia (52,6% de noes) fueron las m¨¢s reacias.
En las colas formadas bajo un sol ins¨®lito ante los 3.900 colegios, los partidarios del si razonaban su voto con seriedad exenta de entusiasmo. Los del no. se lamentaban de la "intoxicaci¨®n" practicada por el Gobierno en las ¨²ltimas horas de campa?a.
El caso es que Finlandia vuelve a ser parte activa de Europa. Desde la ca¨ªda del imperio sovi¨¦tico, este pa¨ªs de 5 millones de habitantes y alto nivel de vida viv¨ªa en una foto movida. Se hab¨ªan derrumbado las bases de su activa pol¨ªtica neutralista entre los dos bloques. Una pol¨ªtica creadora del neologismo finlandizaci¨®n, lo que en lectura negativa trocaba al neutralista por neutralizado a cargo de una potencia vecina m¨¢s grande. Desde entonces buceaba en pos de un lugar en el mundo. Y apost¨® en 1992, solicitando la adhesi¨®n a la UE, confirmada ayer. El presidente expres¨® gr¨¢ficamente el fin de la finlandizaci¨®n y del posterior desencaje: "Por vez primera la naci¨®n ha decidido por s¨ª misma" en este "momento crucial", dijo.
Ahora s¨®lo falta la ratificaci¨®n del voto popular por los dos tercios del Parlamento, pero el resultada "es moral y pol¨ªticamente viculante", advirti¨® Ahtisaari, quien se felicit¨® porque la ampliaci¨®n "incrementar¨¢ la estabilidad de Europa". Tambi¨¦n Jacques Delors reparti¨® parabienes, y con un ojo puesto en Suecia y Noruega, record¨® que la UE "se construye desde el respeto a los Estados naci¨®n". El voto finland¨¦s se proyecta a toda Escandinavia. Un resultado negativo habr¨ªa sido fatal para el refer¨¦ndum del 13 de noviembre en Suecia, donde las encuestas est¨¢n muy equilibradas. Y Noruega ya se da casi por perdida. Los dirigentes suecos, noruegos y austriacos recibieron con gran satisfacci¨®n los resultados.
Todos los l¨ªderes, del Gobierno y de la oposici¨®n, del s¨ª y del no reunidos en una misma conferencia de prensa, en un espect¨¢culo impensable en Espa?a, coincidieron en que el resultado impactar¨ªa a los suecos. Pero mientras el l¨ªder socialdem¨®crata, Paavo Lipponnen, hac¨ªa votos "para que se nos unan Suecia y Noruega", el primer ministro centrista, Esko Aho, defend¨ªa que insistir en esta "innegable dimensi¨®n n¨®rdica" devaluaba el voto de los finlandeses.
El l¨ªder de la campa?a del no, Timo Kaunisto, anunci¨® que no da "la batalla por perdida" y anunci¨® que acudir¨¢ a Suecia para apoyar la campana "contra la Europa de Maastricht", pero no a Noruega, "donde no es necesario".
Kaunisto justific¨® su derrota culpando a la prensa. El sondeo del pasado septiembre igualaba por vez primera a europe¨ªstas y aut¨¢rquicos. "?Qu¨¦ pas¨® luego?", se pregunt¨®, "pues que no pudimos meter nuestro mensaje en la prensa". Este fue uno de los argumentos b¨¢sicos de su campa?a, junto a las cuestiones defensivas -apelaci¨®n al hist¨®rico neutralismo-, y la p¨¦rdida de calidad democr¨¢tica. Entre los defensores del no figuraban minor¨ªas de todos los partidos -a derecha e izquierda del espectro-, y sobre todo, dirigentes agrarios, pero su nivel de organizaci¨®n fue muy deficiente y no lograron levantar la din¨¢mica del s¨ª.
?sta ha sido arrolladora, con 3.000 voluntarios y m¨¢s de 100 oficinas en todo el pa¨ªs -una extensi¨®n equivalente a dos tercios de Espa?a para una poblaci¨®n inferior a la de Catalu?a-, y m¨ªtines multitudinarios. La batalla ha sido de guante blanco: el no ha tenido facilidades institucionales como asegur¨® el director de la Agencia de Informaci¨®n sobre la Integraci¨®n Europea, Pasi Natri. La agencia ha gastado casi mil millones de pesetas en informaci¨®n "objetiva" y ha atendido 250.000 consultas. "Queremos llevar a Bruselas esta transparencia", apostill¨® Reijo Kemppinen, consejero del Ministerio, de Exteriores: "A partir de ahora no hay ya ni vencedores ni vencidos", sentenci¨®, satisfecho, el primer ministro.
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