Una familia dividida
La Uni¨®n Europea (UE) ha dividido a la familia de los agricultores Hans Ofverstrow y Margaretta Karin, aunque "civilizadamente". Una abstenci¨®n, una indecisi¨®n, un voto afirmativo y otro negativo. La pareja tiene sesenta a?os. Vive en su granja centenaria de Kirkkonummi, a una hora de Helsinki. Produce cereales y extrae del suelo granito rojo, que env¨ªa a Italia para su talla.Hans se ha abstenido, preso de dudas hamletianas entre los perjuicios que la adhesi¨®n acarrea a su oficio y la conciencia de que "somos europeos y he mos de estar en la Uni¨®n". Por primera vez en. su vida, no ha votado.
Su esposa era una verdadera indecisa hasta el ¨²ltimo minuto entre el s¨ª y la opci¨®n de Hans. Antigua maestra de escuela, Margaretta es a la vez progresista y conservadora. Progresista por sensibilidad hacia la ecolog¨ªa.
Pero tambi¨¦n es conservadora, partidaria de que el intercambio internacional de productos alimentarios sea el menor posible. Exhibe razones particulares, aunque s¨®lidas: "Cuando entremos en la UE, no sabremos qu¨¦ calidad tiene cada alimento; a lo peor nos inundan con bazofias a bajo precio".
Ingemo, la hija, es granjera y ecologista. Ha votado en contra, tiene "v¨¦rtigo" de lo que ocurrir¨¢ en la pol¨ªtica agr¨ªcola. Sabe que el precio del kilo de trigo bajar¨¢ de dos a un marco (cerca de treinta pesetas). Finlandia deber¨¢ reducir sus subvenciones, superiores a las de la UE.
Muchos hijos del campo que emigraron hace 30 a?os a la ciudad siguen apoyando al Partido Agrario de sus padres (hoy, el Centro), por razones hist¨®ricas y sentimentales. Bastantes de ellos han votado no. Pero no es ¨¦se el caso de Christopher, el cuarto miembro de la familia, que se dedica en Helsinki a los negocios inmobiliarios. Su tesis: "Si no nos integramos, la actual recuperaci¨®n econ¨®mica se ir¨¢ al traste". Consecuencia: "No vender¨¦ un piso". Ha votado s¨ª.
Los agricultores finlandeses apenas llegan a 200.000. Tienen granjas peque?as. Pero la memoria hist¨®rica pesa en la pol¨ªtica de hoy. "Despu¨¦s de la guerra tuvimos que levantar el pa¨ªs sin utensilios", recuerda Hans. Es esa memoria la que en gran medida se enfrent¨® ayer a las urnas.
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