Reconquista
Muchos ciudadanos se apartan asqueados de la pol¨ªtica por lo que consideran indignante cambalache de propaganda, calumnias, insultos, trampas y juego sucio. Pero no es menos cierto que la pol¨ªtica, adem¨¢s de todo eso, es de los pocos espect¨¢culos p¨²blicos que conserva intacta toda su vieja capacidad de sorprendemos. Y eso no es poco, en un mundo que resulta demasiado previsible y donde hasta el espect¨¢culo de invenci¨®n m¨¢s reciente, como es la televisi¨®n, enseguida cansa desde que empieza a repetirse. Y al hablar de la gran sorpresa con la que se ha iniciado el curso pol¨ªtico me refiero a la espectacular reconquista del fa vor popular que ha logrado el presidente Gonz¨¢lez en un par de meses. ?Qu¨¦ comentarista pol¨ªtico se hubiera atrevido a pronosticar el mes de julio pasado (cuando, tras el descalabro socialista de las elecciones europeas, por doquier se anuncia ba la inminente dimisi¨®n. de un Gobierno ya desahuciado por los esc¨¢ndalos Rubio y Rold¨¢n) que a la vuelta de las vaca ciones se habr¨ªa de recuperar el carisma de Gonz¨¢lez hasta el punto de neutralizar y resta?ar la sangr¨ªa electoral del PSOE? Hay que reconocer que, como les suele suceder a los augures econ¨®micos, todas aquellas predicciones pol¨ªticas fracasaron estrepitosamente. Y ahora que tanto se escribe acerca de la ingenier¨ªa financiera, quiz¨¢ convendr¨ªa empezar a hablar, por analog¨ªa, de ingenier¨ªa pol¨ªtica. ?Qui¨¦n ser¨ªa el maquiav¨¦lico art¨ªfice de una campa?a de reconquista como ¨¦sta, que ante la torpe ret¨®rica de Aznar ha sabido darle cuerda hasta lograr que ¨¦l solo se ahorque?
Sin embargo, pese a lo imprevisible del ¨¦xito de la operaci¨®n, hay que reconocer que tambi¨¦n tiene mucho de repetitivo, ya que suena a algo ya visto antes. Me refiero, claro est¨¢, a lo que sucedi¨® durante el mes de mayo de 1993, durante la campa?a de las ¨²ltimas elecciones generales. Tambi¨¦n entonces se part¨ªa de una expectativa de clara derrota gubernamental, que fue espectacularmente remontada por una impresionante campa?a personal del candidato Gonz¨¢lez. Y adem¨¢s, exactamente igual que sucedi¨® entonces, tambi¨¦n esta vez el presidente ha tenido que actuar solo ante el peligro, sin poder contar con el apoyo de un partido socialista cuyos hechos lamentables m¨¢s que una ayuda constituyen un pesado y contraproducente lastre.
Ahora bien, esta vez se ha conseguido algo que no se pudo lograr entonces, y es quebrar la espina dorsal de la facci¨®n guerrista del partido. En efecto, como se recordar¨¢, tras el 6 de junio de 1993 el viejo aparato del partido neg¨¢ndose a reconocer que la victoria era m¨¦rito de Gonz¨¢lez y no suyo, pretendi¨® capitalizar en provecho propio el ¨¦xito de los comicios, neg¨¢ndose a obedecer la promesa electoral (formulada como oferta de "cambio sobre el cambio") de proceder a la limpieza de los bajos fondos del partido. Y esa desobediencia incivil con la que se resisti¨® el guerrismo a dejarse depurar hizo fracasar el 330 congreso, predestinado como estaba a regenerar el partido.
Pues bien, lo que entonces no fue posible (someter al desobediente guerrismo a la disciplina del partido), parece que esta vez, tras el copetazo de Sevilla, s¨ª va a ser por fin factible, dado que las huestes guerristas, cautivas o desarmadas, se baten en retirada. ?Hay reconquista mayor que la de obtener dos por el precio de uno, logrando que caigan Guerra y Aznar sin necesidad de disparar ni un solo tiro?
No obstante, para que esta reconquista quede completa falta todav¨ªa la granada principal, que es la confianza ciudadana. De nada servir¨¢ toda la ' ingenier¨ªa pol¨ªtica si no se recupera la credibilidad. Y eso exige cumplir lo que se prometi¨®: "el cambio sobre el cambio", es decir, la depuraci¨®n de responsabilidades causadas por la financiaci¨®n ilegal del partido. Hasta aqu¨ª eso no parec¨ªa factible por la amenaza de ruptura interna. Pero esa amenaza ya no existe. Luego todas las excusas dilatorias sobran. Pues sin esa depuraci¨®n moral toda supuesta reconquista resultar¨¢ p¨ªrrica, al ser ficticia la regeneraci¨®n.
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