El d¨ªa en que Jos¨¦ Carreras quiso ser uno m¨¢s

Jos¨¦ Carreras fue el n¨²mero 37. Un n¨²mero m¨¢s en la larga lista de int¨¦rpretes que desde hace 37 semanas y hasta que el Liceo reabra sus puertas, en 1997, interpretan tres piezas desinteresadamente en medio de La Rambla de Barcelona para que nadie olvide que el Liceo debe ser reconstruido. Pero, Jos¨¦ Carreras no consigui¨® ser uno m¨¢s. Es imposible. Fot¨®grafos, c¨¢maras de televisi¨®n, periodistas, Diana Garrigosa, esposa del alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall; el presidente del Parlament, Joaquim Xicoy; el concejal de Cultura del Ayuntamiento, Joaquim de Nadal, y una. decena de mujeres de mediana edad tomando posiciones a las nueve de la ma?ana con ramos de flores en las manos se encargaron de demostrarlo.Carreras interpret¨® tres canciones: El roman? de Santa Ll¨²cia, de Eduard Toldr¨¤; Malia, de Francesco Tosti, y T`'estimo, de Edvard Grieg, que dedic¨® al Liceo. El mismo n¨²mero de piezas que las interpretadas por quienes le han precedido, en su mayor¨ªa j¨®venes que terminan sus estudios de m¨²sica o que inician su carrera. La coordinadora pro Liceo, que organiza estas actuaciones frente al Liceo cada s¨¢bado a mediod¨ªa, hab¨ªa recibido calabazas de varios prestigiosos cantantes, que no quisieron sumarse a la iniciativa. Ahora esperan que todo cambie.

El escenario en el que Carreras cant¨® fue el mismo que se instala en La Rambla cada s¨¢bado, haga fr¨ªo, llueva o haga sol: una tarima de madera con una reproducci¨®n, al fondo, del tel¨®n de terciopelo que cubr¨ªa la boca del escenario del Liceo, el anagrama del teatro -la L- y el lema de la coordinadora -Entre todos lo levantaremos- Pero no hubo como hasta el s¨¢bado pasado un teclado electr¨®nico conectado a unos altavoces. Carreras quiso ser uno m¨¢s, pero la imagen de calidad de un tenor de su categor¨ªa requiere algo m¨¢s que un teclado electr¨®nico, y se trajo un piano de media cola y un acompa?ante de lujo, el pianista y director de orquesta Enrique Ricci. Adem¨¢s, tuvo una telonera, algo ins¨®lito hasta ayer. La joven pianista catalana Noem¨ª Sorribes ameniz¨® con piezas de Liszt y Ravel la espera del p¨²blico, parte del cual llevaba varias horas aguardando a Carreras.

Los varios centenares de barceloneses que se congregaron frente al Liceo estaban ansiosos por escuchar a Carreras, aunque fuera s¨®lo durante 10 minutos. Le demostraron que le quer¨ªan, le aplaudieron calurosamente, y le hicieron sentir que ya sea en el escenario del Liceo, ahora destruido, o en medio de La Rambla tiene en Barcelona a un p¨²blico fiel, numeroso e incombustible.