"No me gusta pasar cerca de mi tumba"

F¨¦lix Moreno, de 59 a?os, es el enterrador de Hoyo de Manzanares (4.270 habitantes). Su padre, de 86 a?os, fue su maestro en el oficio. "Desde los 14 a?os hemos trabajado juntos enterrando a los vecinos", recuerda.

Moreno siempre tuvo otras aspiraciones profesionales: quiso ser m¨²sico,. "Estudi¨¦ solfeo, pero la vida me ha llevado a este trabajo". No obstante, el enterrador se muestra orgulloso de su oficio. "Si volviera a nacer, volver¨ªa a trabajar en esto. Los clientes nunca se quejan", bromea.

Desde hace 10 a?os, Moreno cuida tambi¨¦n el otro cementerio local: el hebreo. "Al principio tuve algunos problemas", reconoce. Los jud¨ªos no colocan flores sobre las l¨¢pidas. En cada visita ponen s¨®lo una peque?a piedra. "La primera vez que vi tantos cantos pens¨¦ que alguien hab¨ªa intentado ensuciar el cementerio. Con un chorro de manguera, los tir¨¦ todos. Unos d¨ªas m¨¢s tarde, un rabino me explic¨® esta costumbre", recuerda. El enterrador ya tiene reservada su tumba. "Ser¨¢ una tonter¨ªa, pero no me gusta pasar nunca cerca de ella. Ya tendr¨¦ tiempo", se r¨ªe, "de analizarla m¨¢s detenidamente desde el interior dentro de unos cuantos a?os.