Semilla de campe¨®n
La exposici¨®n internacional canina de este fin de semana en Madrid es una de las piezas clave del negocio del perro
Los perros espa?oles ( unos tres millones, de ellos 140.000 censados en Madrid) mueven en Espa?a un negocio de 40.000 Millones de pesetas al a?o, seg¨²n datos de la Fundaci¨®n Purina, entidad vinculada a una marca de comida para animales. Buena parte de ese dinero (25.000 millones) se gasta en alimentaci¨®n, pero una pieza clave de la "econom¨ªa canina" gira alrededor de las exposiciones, donde los mejores ejemplares de las m¨¢s de trescientas razas reconocidas compiten por un t¨ªtulo que enorgullece a sus due?os y encarece el precio de sus cachorros (un hijo de campe¨®n no se vender¨¢ por menos de 100.000 pesetas; y el cruce con un ejemplar vencedor saldr¨¢ por un m¨ªnimo 50.000). ?Qu¨¦ ventajas tiene un perro con pedigr¨ª garantizado? Fundamentalmente, que se conocen con precisi¨®n su tama?o adulto (hay quien quiere comprar un perro peque?o y luego se lleva una sorpresa, o viceversa) y su belleza; y que se tienen buenos indicios sobre el car¨¢cter (y, por tanto, su utilidad y sus instintos).La 22? Exposici¨®n Internacional de Oto?o de Madrid, que se celebra este fin de semana en el Pabell¨®n de Cristal de la Casa de Campo, con 2.300 perros de 150 razas, ofrece la posibilidad de admirar a estas verdaderas estrellas y de ver a los atletas caninos en competici¨®n.
Las competiciones deportivas han ido arrinconando a las de ataque y defensa. El comisario general de la exposici¨®n, Carlos Collantes, explica que esas pruebas est¨¢n en retroceso y que pronto se va a prohibir entrenar a los perros para la violencia (excepto a los que trabajan para la polic¨ªa o empresas de seguridad).
"El p¨²blico se entusiasma al ver a los canes competir en un circuito de obst¨¢culos, y los perros disfrutan much¨ªsimo", comenta Collantes, vocal delegado de exposiciones de la Real Sociedad Canina de Espa?a. Esta asociaci¨®n (con 1.500 criadores asociados) se dedica a organizar las exposiciones m¨¢s importantes, inscribir a los cachorros en el Libro de Or¨ªgenes de Espa?a (LOE) o certificar los t¨ªtulos. En ese registro de la aristocracia canina constan unos 450.000 eje mplares vivos. Hace 22 a?os eran s¨®lo 36.000.
Nobleza en el "ring'
Pero la nobleza, al menos la canina, no es s¨®lo cuesti¨®n de cuna. Un hijo de campeones debe demostrar sobre el ring (el cuadril¨¢tero donde se pasean los canes ante los jueces) que es el mejor de su raza. Y no s¨®lo una vez. Para ser campe¨®n de Espa?a es necesario que en el curr¨ªculo del perro se anoten cuatro certificados de aptitud para campeonato CAC) obtenidos en una a?o y otorgados por tres jueces diferentes. Uno de esos cuatro puntos debe conseguirse en una de las dos exposiciones iniernacionales de Madrid (se celebra una en primavera y otra en oto?o, la de hoy, y de ah¨ª su importancia) o en la monogr¨¢fica de la raza. Adicionalmente, en una de esas dos exposiciones se debe obtener una calificaci¨®n de excelente. Collantes calcula que se certifican unos 200 o 250 campeones al a?o en diversas razas. Son los grandes de Espa?a, que optan a los certificados de aptitud para concursos internacionales de belleza (CACIB), los pasaportes para llegar a campe¨®n internacional.
Pero convertir a un cachorrillo en ganador cuesta mucho esfuerzo y una inversi¨®n considerable. "No hay bicocas; un buen perro tiene que costar dinero", dice el criador Pablo de Termes. ?Cu¨¢nto cuesta comprar un buen perro? "M¨ªnimo, 100.000 pesetas". La comida de la criatura (si es de tama?o mediano) no suele bajar de las 125 pesetas diarias (45.000 al a?o); los gastos veterinarios se ponen en las 20.000 anuales (pero hay seguros e igualas para criadores); el tatuaje o chip de identificaci¨®n, entre 5.000 y 15.000 pesetas (el Ayuntamiento de Madrid hizo una campa?a en la que se colocaban por 1.500 pesetas), y los gastos de peluquer¨ªa salen como m¨ªnimo por 12.000 al a?o.
Eso s¨ª, si el can exhibe una buena melena, cada sesi¨®n sube a las 8,.000, y hay que peinar al perro para cada exposici¨®n. Y si pague el gasto. "Acudir a una exposici¨®n nacional cuesta como m¨ªnimo unas 45. 000 pesetas [hotel, desplazamientos, comidas]; la inscripci¨®n, unas 2.000 de media por perro, m¨¢s correas, jaulas, etc¨¦tera. Es una afici¨®n de ricos", sentencia De Termes. Sobre todo si los criadores aman a sus animales (lo que suele suceder). M¨¢s de una vez se han negado a vender un ejemplar -pese a que viven de ello- porque no ten¨ªan la seguridad de que fuese a estar bien cuidado.
Si el propietario prefiere que un presentador (handler) profesional pasee a su perro ante el juez, deber¨¢ pagarle unas 15.000 o 20.000 pesetas, m¨¢s las primas correspondientes si el can gana. "La labor del handler es fundamental, porque sabe disimular los defectos del perro, que todos tienen alguno, por supuesto, y potenciar sus virtudes ante el juez", explica Collantes, quien compara las exhibiciones caninas con las culturistas m¨¢s que con los concursos de misses.
En Estados Unidos, donde ning¨²n propietario prescinde de los presentadores porque la competici¨®n incluye mayor n¨²mero de ejemplares y es mucho m¨¢s dura, algunas empresas (Canon, Firestone) funcionan como mecenas o patrocinadores de los campeones. "Mantener en perfectas condiciones al mejor perro de Estados Unidos cuesta unas 800.000 pesetas diarias", comenta De Termes.
Para las asociaciones t¨¢mpoco es moco de pavo organizar una exposici¨®n. La selecci¨®n de los mejores perros resulta bastante compleja. Existen siete categor¨ªas para competir: campeones, abierta, trabajo, j¨®venes, cachorros, parejas y grupos de cr¨ªa. Pero s¨®lo dos clases (abierta y trabajo) compiten por el CAC; los campeones optan al CACIB.
Un macho y una hembra de cada raza obtienen hoy el t¨ªtulo de ganadores (con el correspondiente CAC para cada uno). Entre ellos se disputan el de campe¨®n absoluto de su raza. Y ¨¦ste compite con los otros ganadores de raza por el trofeo de grupo.
Las razas se re¨²nen en 10 grupos diferentes, de modo que en la gran final compiten 10 ejemplares que han acreditado su excelencia entre los de su clase. Uno de ellos ser¨¢ elegido the bes t in show (el mejor del certamen).
La exposici¨®n de este fin de semana tiene un presupuesto de. 20 millones, y los organizadores calculan que perder¨¢n tres o cuatro millones, que ser¨¢n aportados por la Real Sociedad Canina, cuyos socios pagan una cuota anual de 4.000 pesetas, que da derecho a descuentos en la inscripci¨®n de sus perros en exhibiciones, entre otras ventajas.
"Lo m¨¢s caro es el local, porque en Madrid no hay recintos gratuitos", explica Collantes. Los pabellones que han alquilado en la, Casa de Campo se llevan la mitad del presupuesto. Pero, al menos, los jueces no cobran por sus veredictos, y s¨®lo se les pagan los gastos.
Para llegar a ser ¨¢rbitro canino en Espa?a se sigue una especie de carrera. El aspirante empieza como comisario de ring en concursos (son reuniones caninas donde no hay competici¨®n oficial); despu¨¦s es juez en formaci¨®n, y tras un examen -en el que debe demostrar que conoce los est¨¢ndares o modelo ideal de la raza a la que -opte- se convierte en juez de raza.
Adem¨¢s, debe ser un criador con dos a?os de experiencia acreditado con cinco perros propios con nota de excelente, y miembro de la Real Sociedad Canina. Si el ¨¢rbitro profundiza en sus conocimientos, puede llegar a ser juez internacional (en Espa?a s¨®lo hay unos sesenta). "En realidad, lo que finalmente hace a un juez es; su experiencia y su prestigio", se?ala el ¨¢rbitro y criador Carlos Fern¨¢ndez-Renau, quien elegir¨¢ hoy al mejor cachorro de la exposici¨®n. "Cuando se convoca una exposici¨®n se anuncian los jueces participantes, y ah¨ª se ve si la gente conf¨ªa en ellos 31 se inscribe, para conocer su opin.i¨®n", explica.
Las decisiones del juez son inapelables, y las reclamaciones (s¨®lo hubo seis en toda Espa?a el a?o pasado) suelen referirse a defectos de organizaci¨®n; por ejemplo, que un perro no se ha incluido en el cat¨¢logo pese a haberse inscrito a tiempo.Carlos Fern¨¢ndez-Renau, uno de los jueces de la exposici¨®n canina de este fin de semana, afirma que ¨¦l llama al orden a los, criadores si alguna vez intentan influir en su decisi¨®n. "Alguno te deja caer en voz baja: 's¨®lo le falta un punto para ser campe¨®n', a ver si te ablandas", dice Y habla de la deportividad que se ve en otros pa¨ªses: "En Escandinavia jam¨¢s he visto una mala cara, te dan las gracias con una sonrisa aunque asignes una mala nota al perro". Pero gastos, incomodidades y berrinches tienen su compensaci¨®n para los amantes de los canes. El juez y criador F¨¦rn¨¢ndez Renau dice orgulloso: "Es una afici¨®n preciosa, jam¨¢s se termina de aprender, es apta para todas las edades. Y da muchas satisfacciones y grandes arnigos-. Entre ellos, claro est¨¢, los propios perros.
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