Ven al 'zoo'
Soy una asidua visitante del zoo, gracias a las ventajas econ¨®micas de ser socia. Este hecho me brin da la oportunidad de apreciar ciertos hechos y someterlos a una actitud cr¨ªtica. No dejo de asombrarme cuando observo que la gente abandona el zoo con el mismo conocimiento con que lleg¨®, hasta el extremo de confundir un elefante con una jirafa, que quiz¨¢ por su tama?o se presten a confusi¨®n... Pero lo que me deja helada es el comportamiento de muchos de estos visitantes, que, lejos de respetar a los protagonistas de, su visita a tan peculiar lugar, se dedican a martirizarlos con toda clase de perrer¨ªas. Para ilustrarlo con alg¨²n ejemplo citar¨¦ al padre educador que, en presencia de sus hijos, da cigarrillos encendidos al mono (macaco de C¨¦lebes); la pareja de enamorados que le dan un me chero para que lo abra con los dientes y ver. c¨®mo se asusta cuando el gas le llena la boca, o le dan cartuchos de rotuladores que le ti?en la lengua y las manos. No faltan los t¨ªpicos colegas que se lo pasan en grande pinchando con ramas a otros monitos (totas); los ni?os del colegio que apuntan con botes de Coca Cola a la cabeza del mono o monito de turno (papiones) o del elefante africano, que no duda en engullirla insconsciente de las consecuencias en su enorme est¨®mago herv¨ªboro.La poca discreci¨®n con que estos hechos se, llevan a cabo me hace sospechar que los cuidadores no son ajenos a estos acontecimientos, y me parece inexplicable que no hagan nada por proteger a aquellos animales que est¨¢n i, su cuidado. Quiz¨¢ haya alguna raz¨®n oculta para tal pasividad; pero, sea cual sea, es imperdonable.
Ser¨ªa triste que se tuviera que idear un sistema para proteger a las (...) personas de los animales, que son salvajes al fin y al cabo, a pesar de la insconsciencia de la gente (como aquel hombre que agarraba la trompa del elefante asi¨¢tico o la madre que manda a su hijo de cuatro a?itos saltar la valla para que las jirafas coman de su mano) y que, por otra parte, protegieran a los animales de las personas, lo cual es urgente en el caso de los primates que est¨¢n en jaulas.
El zoo, como empresa, debe cuidar de su fuente de ingresos (que en ¨²ltimo t¨¦rmino son los animales), y creo que ser¨ªa justo que parte de dichos ingresos fueran destinados a aumentar su calidad de vida y aparcar la tendencia a convertir el zoo en parque de atracciones, restando espacio a los animales.
A lo mejor la soluci¨®n ser¨ªa dar al zoo una orientaci¨®n m¨¢s educativa, de manera que la gente, aunque no consiga diferenciar a un elefante de una jirafa, al menos aprenda a respetarlo como ser vivo, para colmo, privado de libertad y a merced de gente con pocas luces.
Por esto y mucho m¨¢s, que har¨ªa mi carta interminable, creo que se impone una llamada de atenci¨®n. Me resisto a creer que las personas estemos tan. embrutecidas como lo que he llegado a ver cometer en el zoo a gentes de toda condici¨®n, en d¨ªas que salen con la familia o, amigos a pas¨¢rselo bien. Si ¨¦sa es su idea de diversi¨®n, algo no funciona.-
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