M¨¢laga expone la mirada familiar de Picasso
La ciudad andaluza acoge la colecci¨®n particular e in¨¦dita de la nuera del pintor, Christine
La primera mirada es de familiaridad. Las m¨¢s de 180 obras -entre pinturas, esculturas, dibujos, obra gr¨¢fica y cer¨¢mica picassiana- que se exponen desde hoy en el palacio episcopal de M¨¢laga destilan una sensaci¨®n emotiva y acogedora: componen un ¨¢lbum de intimidad afectiva y genialidad art¨ªstica. El que la colecci¨®n privada de Christine Picasso, -quien fuera esposa de Paolo, primog¨¦nito del pintor- se exponga por vez primera al p¨²blico y que se haga en su ciudad natal ha sido calificado como un "acontecimiento". Para Christine, sin embargo, la muestra no es sino "un deber de memoria".
Para Carmen Gim¨¦nez, comisaria de la exposici¨®n Primera mirada, cuyo patrocinio y organizaci¨®n ha correspondido a la Consejer¨ªa de Cultura de la Junta de Andaluc¨ªa, "la colecci¨®n tiene el sonido indiscutible de un concierto de m¨²sica de c¨¢mara". La disposici¨®n cronol¨®gica del. montaje descubre adem¨¢s que, por encima del car¨¢cter in¨¦dito de la mayor¨ªa de las obras, destaca su cualidad globalizadora de la trayectoria picassiana tanto en t¨¦cnicas como en tem¨¢ticas. A pesar de la relativa brevedad de la colecci¨®n en comparaci¨®n con la de otros herederos, a trav¨¦s de ella se recoge la pr¨¢ctica totalidad de los estilos visitados por el pintor a lo largo de su vida, lo que le otorga un indiscutible valor retrospectivo.Desde un primer dibujo academicista realizado en 1892, cuando estudiaba en La Coru?a, hasta varios grabados de la colecci¨®n que Michel Leiris expuso poco antes de la muerte del pintor, Primera mirada recorre sus inicios cubistas, su vertiente cl¨¢sica, su explosi¨®n surreal, la libertad creativa de Picasso y el continuo movimiento y cuestionamiento art¨ªstico al que somet¨ªa a su inspiraci¨®n.
Asimismo, la colecci¨®n muestra bastantes piezas donde el tratamiento de la figura femenina tiene un componente escult¨®rico importante. La mujer, ya sea en su condici¨®n de objeto de deseo o admiraci¨®n, ya, sobre todo, en su tratamiento como fuente de fecundidad, podr¨ªa hacer las veces de hilo conductor de la muestra. Retratos como los de Jacqueline sentada (1954) y Olga Koklova con mantilla (1917); lienzos como el Busto de mujer con los brazos cruzados detr¨¢s de la cabeza (1939); esculturas femeninas en bronce, y varios lienzos de ba?istas lo corroboran.
Otra impresi¨®n que provoca la colecci¨®n de Christine es el tono familiar que rodea a todo el conjunto, m¨¢s cercano a una visi¨®n afectiva que puramente art¨ªstica. La asombrosa serie de dibujos y lienzos sobre Paolo, sobre todo el Retrato de Paolo con gorro blanco (1923), revela a un Picasso paternal y entra?able, a la vez que habla de la relaci¨®n de una mujer con el recuerdo, de su marido.
El que esta colecci¨®n se caracterice por haber sido- elegida personalmente por Christine Picasso durante los repartos de la herencia del pintor malague?o y por sorteo, como fue com¨²n con el resto de los herederos, ha sido la principal causa de la enorme coherencia y calor que respira el conjunto.
Detalles ¨ªntimos
Por eso, la exposici¨®n est¨¢ llena de detalles ¨ªntimos, m¨¢s propios de quien desea recordar a un familiar con quien comparti¨® biograf¨ªa que de quien elige cuadros en funci¨®n de su m¨¦rito art¨ªstico o valor mercantil. Cuadernos de apuntes, dibujos previos de obra pict¨®rica que muestran el proceso de trabajo del malague?o o, sobre todo, un recorte enmarcado que conserva ¨²nicamente los ojos de un autorretrato de Picasso acent¨²an esa sensaci¨®n de ¨¢lbum de recuerdos que es Primera mirada.La exposici¨®n que, tras la inauguraci¨®n oficial de esta tarde, permanecer¨¢ en M¨¢laga hasta el pr¨®ximo 28 de enero, viajar¨¢ despu¨¦s a Sevilla, donde permanecer¨¢ colgada en el pabell¨®n Mud¨¦jar hasta el 30 de abril. Desde all¨ª ir¨¢ a la ciudad francesa de Nimes, lugar elegido por Christine para dar fin a la vida p¨²blica de esta colecci¨®n tan personal.
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