Eutanasia y ley
AYER DEB?A haber entrado en vigor en el Estado norteamericano de Oreg¨®n la normativa para el reconocimiento de la pr¨¢ctica de la eutanasia, aprobada en refer¨¦ndum el pasado 15 de noviembre. El juez federal Michael Hogan, sin embargo, a requerimiento de cinco m¨¦dicos y dos pacientes en fase terminal, bloqueaba la v¨ªspera del D¨ªa D la vigencia de la medida. El retraso puede ser s¨®lo temporal, puesto que Hogan celebrar¨¢ una audiencia el pr¨®ximo d¨ªa 19 para escuchar los argumentos de quienes se oponen a la legalizaci¨®n de la eutanasia por entender que con ello se viola la protecci¨®n debida a los enfermos sin esperanza a muy corto plazo.En cualquier caso, el valiente paso dado por la ciudadan¨ªa de Oreg¨®n va m¨¢s all¨¢ de todo lo conocido hasta la fecha en este terreno. M¨¢s incluso que en Holanda, el pa¨ªs pionero en Europa en la b¨²squeda de salidas razonables y humanitarias a este problema.
La v¨ªa holandesa es m¨¢s despenalizadora que legalizadora. Sin suprimir los art¨ªculos del C¨®digo Penal que tipifican y castigan la eutanasia y la ayuda al suicidio, establece un procedimiento por el que puede practicarse la eutanasia sin que el m¨¦dico incurra en responsabilidad alguna. Se trata de una especie de eximente establecida de oficio, sin intervenci¨®n del juez, si se respetan determinadas condiciones.
En Oreg¨®n, en cambio, se establecen las condiciones para que esa pr¨¢ctica sea legal: el enfermo debe ser mayor de edad, residir en Oreg¨®n, tener una expectativa de vida de menos de seis meses y formular su petici¨®n al menos en tres ocasiones en el lapso de 15 d¨ªas. De otro lado, el diagn¨®stico y el plazo de vida deben ser establecidos por dos m¨¦dicos, comprob¨¢ndose que el enfermo no sufre en ese momento ning¨²n tipo de desequilibrio mental o depresi¨®n. El papel del m¨¦dico en este supuesto no podr¨¢ ser activo, en el sentido de condicionar la voluntad del enfermo. Simplemente, le expondr¨¢ las distintas alternativas existentes para sobrellevar su enfermedad y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, le recetar¨¢ los productos que pongan fin a la situaci¨®n irreversible en que se encuentra.
El riesgo de la pr¨¢ctica de la eutanasia es la posibilidad de influencia de m¨¦dicos o familiares en la voluntad del enfermo, conculcando el principio b¨¢sico de la voluntariedad del paciente. Otro peligro ser¨ªa la tendencia de los sistemas sanitarios a rebajar el grado de atenci¨®n a esa clase de enfermos, induci¨¦ndoles, as¨ª, a resolver su situaci¨®n mediante el recurso a la eutanasia. Pero los riesgos no borran el problema ni la necesidad de darle una respuesta. La de los habitantes de Oreg¨®n es encomiable moral y pol¨ªticamente: han encarado con determinaci¨®n y prudencia un problema que no por mirar a otro lado deja de existir.
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