La UCI prev¨¦ castigar a corredores por productos tomados con cinco a?os de antelaci¨®n
Un ciclista, Miguel Indur¨¢in, por ejemplo, puede ser castigado por tomar sustancias no prohibidas sin someterse a an¨¢lisis -por simple confesi¨®n- o cinco a?os despu¨¦s de haberlas tomado. Absurdo, discriminatorio, antijuridico, anticonstitucional, anti¨¦tico, grave... Los estamentos ciclistas convocados la semana pasada en Ginebra por la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI) para que conocieran el nuevo reglamento antidopaje, que entr¨® en vigor el pasado 1 de noviembre, se quedan cortos de adjetivos para calificar la pieza legal por la que ser¨¢n castigados durante las carreras. Se introducen los controles por sorpresa, que obligan a los corredores a comunicar permanenteitnente d¨®nde se encuentran.
El nuevo reglamento, que sustituye al que entr¨® en vigor en 1989, est¨¢ inspirado directamente por el profesor alem¨¢n Manfred Donike, poseedor de un laboratorio privado en Colonia, y para cuya redacci¨®n no se ha consultado a ninguna de las partes afectadas.El dicho de las dos tazas de caldo -equipos, m¨¦dicos y ciclistas abogaban por una reforma del anterior reglamento que delegara la responsabilidad en los propios deportistas y que dejara de ser meramente punitivo para empezar a preocuparse de la salud de los deportistas- parece que se ha aplicado a rajatabla, seg¨²n los afectados consultados, que no ocultaron su intenci¨®n de luchar contra ¨¦l. Los m¨¦dicos, a los que se hace responsables en bastantes casos, apelando al secreto profesional; los ciclistas, concienci¨¢ndose y esperando a que se produzca lo que consideren primera injusticia flagrante; los equipos, defendiendo a sus corredores.
La normativa, encasquetada en 13 cap¨ªtulos y 139 art¨ªculos, tiene como objetivo, seg¨²n Hein Verbruggen, presidente de la UCI, "aportar al ciclismo un sentimiento de mayor justicia y transparencia", mir¨¢ndose en el espejo del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional.
Las causas del malestar .El tercer frasco. Hasta ahora con la orina del corredor se rellenaban dos frascos, uno para el an¨¢lisis y el otro para un posible contraan¨¢lisis si existiera un positivo. Con el nuevo reglamento la UCI se arroga el derecho a exigir un tercer frasco que pasar¨ªa directamente a uno de sus laboratorios durante cinco a?os para ser dedicado a dos objetivos: investigaci¨®n cient¨ªfica y an¨¢lisis con nuevas t¨¦cnicas. As¨ª, se podr¨¢ detectar un positivo a?os despu¨¦s de producirse y sancionarse con retroactividad al implicado.
Confesi¨®n voluntaria. Si hubiera estado en vigor entonces, Fuente, que hace un a?o confes¨® que ¨¦l y muchos ciclistas de su generaci¨®n se dopaban regularmente, habr¨ªa sido despose¨ªdo de sus triunfos. Cualquier corredor que declare que se ha dopado con un margen de cinco a?os, aunque no diera positivo en el control, ser¨¢ castigado, incluso aunque la sustancia no hubiera estado prohibida en su ¨¦poca o posteriormente. O sea, a Pedro Delgado se le quitar¨ªa el Tour de 1988 por la probenecida.
Rigidez sancionadora. Dice el reglamento: "La exclusi¨®n debe ser efectiva en el plano deportivo. Debe ser ejecutada en el periodo de actividad normal del interesado. Con este fin, la suspensi¨®n puede ser repartida durante varios periodos del a?o". Hasta ahora, las suspensiones, normalmente de tres meses, eran efectivas en las fechas que decidiera el corredor, normalmente en invierno. La UCI puede dejar fuera de una carrera a un corredor aunque despu¨¦s se demuestre su inocencia.
Sospecha y responsabilidad de los m¨¦dicos
Est¨¢ la norma de las 72 horas, posiblemente la primera que causar¨¢ un conflicto p¨²blico. Seg¨²n la UCI, los m¨¦dicos de los equipos deber¨¢n detallar antes de cada prueba los productos farmacol¨®gicos que ha tomado cada uno de sus corredores durante las 72 horas anteriores. Esto choca con la noci¨®n de secreto profesional y los propios m¨¦dicos advierten que podr¨ªan ser demandados por los corredores por airear que est¨¢n enfermos. Una negativa de los m¨¦dicos a comunicar los males de sus corredores traer¨ªa consigo la eliminaci¨®n del equipo de la carrera. Una confesi¨®n de lo que toman dar¨ªa ventaja a los rivales, que conocer¨ªan las debilidades del enemigo, uno de los secretos mejor guardados: un catarro oculto es un arma.Ligado a este punto est¨¢ el castigo por abuso de medicamentos. La UCI hizo p¨²blico en Ginebra el an¨¢lisis de la orina de un corredor en la que aparec¨ªan 31 sustancias permitidas. Esto le ha llevado a concluir que se produce un abuso general que deber¨¢ ser sancionado. Una suspensi¨®n que puede alcanzar a su m¨¦dico, al igual que en casos de dopaje.
El malet¨ªn del m¨¦dico, otro de los secretos proverbiales del pelot¨®n, tambi¨¦n entra a formar parte del clima de fiscalizaci¨®n: si durante una carrera se encuentra en poder de cualquier persona una sustancia dopante, aunque sea un jarabe para el catarro, ser¨¢ sancionada.
M¨¢s fiscalizaci¨®n aleatoria: los controles sorpresa. Los corredores deber¨¢n hacer saber d¨®nde se hallan en cualquier momento para ser sometidos a controles sorpresa. ?stos no s¨®lo se llevar¨¢n a cabo durante el periodo invernal de entrenamiento, sino que se pueden producir tambi¨¦n las v¨ªsperas de las carreras e incluso los d¨ªas de descanso de las grandes pruebas por etapas. Estos controles no se realizar¨¢n por sorteo: el sujeto ser¨¢ elegido por la UCI.
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