Crimen imperfecto
"Nadie puede blindarse contra la verdad", dijo Mario Conde el 11 de enero de 1994, en su primera rueda de prensa posterior a la intervenci¨®n del 28 de diciembre de 1993. El juez Garc¨ªa-Castell¨®n le dio al ex banquero entre el lunes y jueves pasados esa audiencia previa que por razones operativas el Banco de Espa?a no le dio hace casi un a?o. Una audiencia previa al auto de prisi¨®n.El juez Garc¨ªa-Castell¨®n se mantuvo en, sus trece frente al punto fundamental: que la mara?a de empresas y personas vinculadas montada por Conde y sus abogados era su blindaje particular para disfrazar la realidad. No hay que atribuir dotes m¨¢gicas al juez. Otra raz¨®n para explicar la extensi¨®n del interrogatorio es ¨¦sta: los hallazgos de la Agencia Tributaria han evolucionado de manera simult¨¢nea a la comparecencia de Conde. Y han sido importantes a la hora de completar el mapa del grupo Conde y sus relaciones con otros personajes, como podr¨ªa ser el caso de Jacques Hachuel, otro que amenaz¨® con tirar de la manta.
En septiembre pasado, Conde cant¨® victoria: "Han pasado nueve meses, dijo, y no han presentado una querella criminal contra m¨ª". Parec¨ªa, pues, que el ex presidente confiaba en que el caso Banesto quedar¨ªa sin resolver. Para evocar aquella pel¨ªcula de Alfred Hitchcock, en un crimen perfecto. Pues no ha sido as¨ª ya que en la omnipotencia de los primeros a?os -1989 y 1990, por ejemplo-, Conde y sus amigos dejaron las suficientes huellas como para que el crimen pueda ser calificado, al menos de momento, como imperfecto. La instrucci¨®n del sumario y el juicio, que debe ser r¨¢pido, ser¨¢n la oportunidad para que el juez demuestre la culpabilidad de los acusados en los actos presuntamente fraudulentos cometidos.
Por de pronto, el juez ha evitado dictar una prisi¨®n preventiva de manera precipitada, es decir, seguir una pr¨¢ctica que no siendo ?legal puede ser claramente reprobable: primero encarcelar a Conde y despu¨¦s preguntar por los hechos. Cuatro d¨ªas de intensos interrogatorios han permitido al juez formarse una idea m¨¢s precisa de los mecanismos de actuaci¨®n de Mario Conde.
La tipificaci¨®n del delito de estafa por un total de 7.000 millones de pesetas surge de las operaciones de Euman-Valyser con Isolux, Promociones Hoteleras, Prebetong Arag¨®n y Hormifasa, 300 millones evaporados y 508 pagados a Jacques Hachuel.
Conde comparte con Roman¨ª dos delitos: la operaci¨®n de las cementeras y los pagos a Hachuel. Y el m¨¢s novedoso ha sido el de los 300 millones que, seg¨²n Conde explic¨® en febrero de 1989 a Mart¨ªn Rivas, era dinero para Adolfo Su¨¢rez. Rivas, como se ha apuntado en esta columna, dijo que era para Adolfo Su¨¢rez "por servicios prestados al banco". No mencion¨® a partido pol¨ªtico alguno. Los pagos ordenados por Conde se realizaron en febrero (primer malet¨ªn con 150 millones) y en abril de 1,989 (segundo malet¨ªn). Su¨¢rez ha negado por escrito esta historia.
Ayer hizo, precisamente, un a?o del viaje de Mario Conde a Nueva York, el 23 de diciembre de 1993. Ese mismo d¨ªa, el consejo ejecutivo del Banco de Espa?a debati¨® formalmente el plan de salvaci¨®n de Banesto presentado por Conde y decidi¨® rechazarlo por la larga lista de excepciones que deb¨ªan hacerse, habida cuenta que un a?o antes, en noviembre de 1992, el banco emisor hab¨ªa acordado otro plan con Mario Conde que solo aplaz¨® la crisis.
Es verdad que el gobernador del Banco de Espa?a no adujo fraudes en el sentido penal al intervenir Banesto. Pero ?ngel Rojo fue prudente en el Congreso el 30 de diciembre de 1993: "De acuerdo con la documentaci¨®n disponible en estos momentos en la inspecci¨®n y que naturalmente ha sido trasladada ¨ªntegramente tambi¨¦n al conocimiento de la asesor¨ªa jur¨ªdica del banco, no existe fundamento para se?alar responsabilidades distintas a las puramente mercantiles". Varios de los hechos imputados eran conocidos antes por el banco emisor pero se hallaron m¨¢s pruebas en Banesto despu¨¦s, a lo largo de 1994. Hacienda, finalmente, ha decidido la partida.
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