Tras los talones de M
La historia de Banesto resume todas las pr¨¢cticas que llevaron a la crisis bancaria de los. a?os setenta y primeros ochenta con el siguiente matiz: es la primera vez que tales actuaciones de los gestores se han desarrollado y consolidado como "gesti¨®n" normal en una de las grandes instituciones. financieras. En la experiencia de las peque?as y mediantes instituciones bancarias espa?olas durante aquellos a?os la imposibilidad de superar la crisis (expansi¨®n con extratipos, apertura de oficinas, cr¨¦dito cruzado, utilizaci¨®n de sociedades instrumentales) conduc¨ªa a realizar operaciones iegales y fraudulentas, a la confusi¨®n de patrimonios y, tarde o temprano, a la crisis de solvencia.Lo m¨¢s sorprendente del "caso Banesto" es que todas esas pr¨¢cticas se hayan desarrollado sin "innovaci¨®n" en una etapa en la que los mecanismos para defraudar se han hecho cada. vez m¨¢s sofisticados. Los expertos, tanto en Espa?a como en el extranjero, sugieren que solo una sobrevaloraci¨®n de si mismos y una sim¨¦trica infravaloraci¨®n de las instituciones pueden explicar la ligereza a la hora de cometer los hechos que se imputan a Mario Conde y sus colaboradores. Hay otra explicaci¨®n. Los antecedentes jur¨ªdicos de los principales administradores: Mario Conde y Arturo Roman¨ª, los dos hombres fuertes del grupo hoy en prisi¨®n son abogados del Estado y, en particular el segundo de ellos, ha pasado una larga temporada en puestos de la Administraci¨®n. Una tercera persona, Mariano G¨®mez de Lia?o, que trabaj¨® para Conde, para Banesto y la Corporaci¨®n, ha sido fiscal y es la cabeza de uno de los bufetes m¨¢s renombrados del pa¨ªs con tradici¨®n familiar (su padre fue magistrado del Tribunal Supremo) reconocida.
Cierto es que: G¨®mez de Lia?o expandi¨® precisamente sus actividades en la etapa de Conde en Banesto (apertura de despachos en varios pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, entre otros negocios). Los tres pusieron al servicio de la rapi?a sus conocimientos jur¨ªdicos, pero ¨¦stos se limitaron simplemente a disfrazar las actividades con testaferros, fiduciarios y socios de carne y hueso, seg¨²n los casos. Por tanto, tampoco han aplicado la sofisticaci¨®n jur¨ªdica a sus operaciones. Mariano G¨®mez de Lia?o est¨¢ ahora preocupado por el hecho que ha quedado desvelado, seg¨²n ha publicado ¨¦ste peri¨®dico, su relaci¨®n directa con la creaci¨®n del grupo Euman en 1988 aunque personalmente no figura en los estatutos de la sociedad. Pero las huellas dejadas, las personas involucradas, las transferencias bancarias, en fin, las m¨²ltiples gestiones que realizaba como abogado de las sociedades de Mario Conde y de su familia est¨¢n al alcance de los inspectores del Banco de Espa?a y, lo que es muy importante, de la Agencia Tributaria. Lo de menos es que la M de Euman corresponde a Mariano, nombre de pila del citado abogado. Tanta chapucer¨ªa . solo puede ser entendida, pues, desde la omnipotencia y, sobre todo, por la perspectiva de que Conde quer¨ªa en alg¨²n momento fusionar Banesto con otro gran banco espa?ol, sobre en los a?os en que se cometieron los presuntos actos fraudulentos que le involucran detr¨¢s de las empresas fantasma que configuraban su imperio personal.
A diferencia de los gestores de los bancos que entraron en crisis a finales de los setenta, Mario Conde, Arturo Roman¨ª y sus sociedades no solo obtuvieron cr¨¦ditos del banco sino que les usaron para realizar inmediatamente operaciones en las que volv¨ªan a aprovecharse el patrimonio de la entidad. Era un doble vuelta de tuerca.
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