Intoxicaciones, empachos y embriaguez, atributos del exceso gastron¨®mico en Navidad

MAYKA S?NCHEZ Las fiestas navide?as se caracterizan, entre otros hechos m¨¢s nobles, por numerosas comidas extraordinarias, familiares, laborales o sociales. En esta ¨¦poca del a?o se registra el consumo m¨¢s alto de pescado, marisco, carne de cordero y dulces t¨ªpicos. Es tambi¨¦n cuando m¨¢s inspecciones sanitarias de alimentos se realizan y cuando m¨¢s consultas m¨¦dicas se generan por excesos gastron¨®micos.

Seg¨²n el doctor Manuel D¨ªaz Rubio, catedr¨¢tico de medicina interna de la Universidad Complutense de Madrid y jefe de aparato digestivo del hospital cl¨ªnico San Carlos, a pesar de que actualmente los controles sanitarios en relaci¨®n con la alimentaci¨®n son muy importantes, se siguen produciendo toxinfecciones por alimentos contaminados, debido fundamentalmente al mal, estado de conservaci¨®n.

Salsas y mariscos

"Estemos en diciembre o en pleno mes de agosto", dice, "con la mahonesa nunca podemos bajar la guardia. Esta salsa siempre tiene un riesgo importante de contaminarse cuando no se mantiene rigurosamente refrigerada. Aunque se haga en casa con todas las garant¨ªas de salubridad, si la dejamos varias horas fuera del frigor¨ªfico durante la comida o la cena, con las largas sobremesas que se suelen tener en estas fiestas, puede contaminarse y, si la consumimos al d¨ªa siguiente, provocar¨ªa una intoxicaci¨®n.

Otro tanto ocurre, seg¨²n advierte este especialista, con la salsa rosa, la nata, las cremas de pasteler¨ªa y cualquier preparado en cuya composici¨®n intervenga el huevo y precise cierta temperatura de conservaci¨®n.

Los mariscos, especialmente el grupo de los moluscos y entre ¨¦stos las ostras, son otros de los alimentos con los que se debe tener mucho cuidado. Su mal estado es responsable de trastornos digetivos serios.

Seg¨²n explica Rafael Send¨ªn P¨¦rez, m¨¦dico de familia en el Centro de Salud del barrio de El Pilar, de Madrid, durante estos d¨ªas aumenta el n¨²mero de consultas y visitas a domicilio por toxinfecciones alimentar¨ªas.

"Aparece un cuadro intestinal, m¨¢s o menos florido", explica, "cuyos s¨ªntomas m¨¢s significativos son dolores abdominales, diarrea, n¨¢useas y v¨®mitos. Tambi¨¦n puede presentarse fiebre y malestar general".A veces ocurre que los primeros s¨ªntomas en manifestarse son la fiebre y el malestar hasta el punto de que en las primeras horas puede confundirse con un proceso gripal, como le sucedi¨® en el puente de la Constituci¨®n a Irene Pu¨¦rtolas, economista de 29 a?os.

"Durante d¨ªa y medio estuve convencida de que ten¨ªa gripe", cuenta, "hasta que empec¨¦ a tener retortijones y diarrea. Despu¨¦s, n¨¢useas y v¨®mitos. No pod¨ªa comer nada porque todo lo expulsaba. No entend¨ªa qu¨¦ me pod¨ªa pasar, pero luego ca¨ª en la cuenta de que la noche antes de ponerme mala hab¨ªa comido varios emparedados con mahonesa. Llam¨¦ al m¨¦dico y sospech¨® que se trataba de una gastroenteritis por intoxicaci¨®n".

Irene comenta que tuvo que estar otros cinco d¨ªas m¨¢s cuidando especialmente la dieta, seg¨²n le aconsej¨® el m¨¦dico: "Al quinto d¨ªa me desapareci¨® la fiebre y poco a poco los otros s¨ªntomas empezaron a remitir. Pero, eso s¨ª, me qued¨¦ completamente d¨¦bil, como si me hubieran dado una gran paliza, y perd¨ª varios kilos".

D¨ªaz Rubio asegura. que el principal riesgo de una alteraci¨®n gastrointestinal de este tipo es la deshidrataci¨®n, que en algunos casos llega a ser muy grave y exige ingreso hospitalario. "La severidad del proceso", aclara este especialista, "se debe a tres causas fundamentales: el tipo de microorganismo contaminante, la cantidad de alimento ingerido y lo que llamamos susceptibilidad del hu¨¦sped, es decir, el modo de reaccionar el organismo de cada persona seg¨²n las condiciones en que se encuentre".