Mueren en Roma el actor Rossano Brazzi y la actriz Sylva Koscina
Ambos intervinieron frecuentemente en el cine de Hollywood
Ayer se dio a conocer en Roma la muerte del actor italiano Rossano Brazzi, de 78 a?os, que en el cine de los a?os cincuenta y sesenta fue considerado como prototipo de latin lover en muchos filmes de Hollywood. Su muerte, causada por una dolencia neurol¨®gica, ocurri¨® hace unos d¨ªas, pero la noticia, por decisi¨®n de su familia, no trascendi¨® hasta ayer. La actriz SyIva Koscina, de 61 a?os, formada profesionalmente en la antigua Yugoslavia, muri¨® ayer en Roma en una cl¨ªnica privada, seg¨²n un portavoz de este centro, a causa de una larga enfermedad por la que llevaba meses hospitalizada y que ¨²ltimamente experiment¨® complicaciones.
Naci¨® Sylva Koscina en Zagreb, capital de Croacia, el 22 de agosto de 1933. Se form¨® como actriz en el teatro y el cine yugoslavos de los primeros a?os 50, hasta que se traslad¨®, de modo definitivo, a Italia en el a?o 1955, para intervenir en la c¨¦lebre pel¨ªcula, dirigida por Pietro Germi, El ferroviario, junto al propio Germi.Desde entonces la mayor parte de la abundante filmograf¨ªa de la actriz pertenece al cine italiano, aunque tambi¨¦n intervino espor¨¢dicamente en pel¨ªculas producidas por Hollywood en Europa y en filmes de otras cinematografias europeas, sobre todo la francesa y la brit¨¢nica, e incluso en una ocasi¨®n tambi¨¦n en la espa?ola: Estambul 65, dirigida por Antonio Isasi.
La actriz yugoslava form¨® parte de las cabeceras de reparto en algunas pel¨ªculas muy conocidas, como Demasiado c¨¢lido para junio, Junto a Dirk Bogarde; Julieta de los esp¨ªritus, dirigida en 1965 por Federico Fellini; y en 1968 actu¨® junto a Kirk Douglas en A lovel way to die. Tambi¨¦n y intervino en Cyrano y D`Artagnan (Abel Gance, 1963) y en Proceso en Venecia, filme de fondo pol¨ªtico dirigido por Duccio Tessari en 1964.
Pero la principal fuente de popularidad de Sylva Koscina proviene de su pertenencia a la ola creada por Sophia Loren, Gina Lollobrigida, Silvana Mangano, Silvana Pampanini, Gianna Maria Canale, Eleonora Rossi Drago y otras bellas actrices italianas. Sylva Koscina lleg¨® a ser considerada uno de estos prototipos de mujeres sex symbol latinas, pese a que su ascendencia era eslava y su origen croata.
De ah¨ª que se le recuerde como protagonista de muchas pel¨ªculas de lucimiento personal, as¨ª como en superproducciones colosalistas imitativas de Hollywood, de las llamadas en los a?os sesenta de romanos o de peplum, como la serie Maciste y La batalla de Siracusa, entre decenas de esta especie.
Esto no impidi¨® a Sylva Koscina intervenir tambi¨¦n en pel¨ªculas de la parte final de la gran serie de comedias de la escuela italiana, iniciadas en los a?os cincuenta como derivaci¨®n c¨®mica y costumbrista del movimiento neorrealista de la posguerra mundial. Es el caso de Guendalina (Alberto Lattuada, 1958), Pobre y millonario (Dino Risi, 1958), El alcalde, el guardia y la Jirafita (Luigi Zampa, 1960) y Las cuatro verdades (Alessandro Blasetti, 1962), entre otras muchas.
El caso de Rossano Brazzi, nacido en Bolonia el 18 de septiembre de 1916, tiene una similitud con el de Sylva Koscina: su catalogaci¨®n como sex symbol latino. De hecho este actor logr¨® Mucha mayor popularidad a trav¨¦s de sus intervenciones en filmes de Hollywood que de Cinecitt¨¢, pues es imposible separar su rostro de algunos personajes del cine norteamericano en los que qued¨® fijado como un prototipo de latin lover, sobre todo en los a?os cincuenta.
Debut¨® en el cine en el a?o 1940 con El puente de cristal (Giorgio Allessandrini) e intervino en las siguientes pel¨ªculas estadounidenses, que fueron las que le dieron m¨¢s fama: Volc¨¢n (William Dieterle, 1948), Mujercitas (Mervyn Le Roy, 1949), Creemos en el amor (Jean Negulesco, 1954), Locuras de verano (David Lean, 1955), Interludio de amor (Douglas Sirk, 1957), Arenas de muerte (Henry Hathaway, 1957), South Pacific (Joshua Logan, 1958). y Una cierta sonrisa (Jean Negulesco, 1959). Hizo al gunas interpretaciones m¨¢s en Hollywood, pero poco a poco los a?os acabaron con su aspecto de lat¨ªn lover y regres¨® al cine italiano, hasta retirarse definitiva mente en 1980.
Pero las mejores calidades interpretativas de Rossano Brazzi salieron a relucir cuando fue dirigido en el a?o 1955 por Joseph L. Mankiewicz y logr¨® su dificil¨ªsima y muy convincente creaci¨®n del atormentado y solitario aristocrata italiano, pr¨ªncipe Torlato Fabrini, del que se enamora Ava Gardner en La condesa descalza, lo que hace entrar al actor italiano, a trav¨¦s de una pel¨ªcula imperecedera y por la puerta grande, en el libro de la historia del cine.
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