Nueve mil presos, a la calle de una tacada

El Gobierno socialista de Felipe Gonz¨¢lez, salido de las urnas en octubre de 1982, se encontr¨® meses despu¨¦s acorralado por los embates del terrorismo de ETA y GRAPO, junto con la inseguridad ciudadana, causada en buena parte por los casi 9.000 presos excarcelados pr¨¢cticamente de una tacada por la reforma Ledesma.En abril de 1983, el Parlamento aprob¨® la reforma parcial de la Ley de Enjuiciamiento Criminal propuesta por el entonces ministro de Justicia, Fernando Ledesma. En esencia, iba encaminada a solucionar el atasco judicial causante de que muchos de los 23.000 reclusos preventivos llevaran varios a?os en espera de ser juzgados.

La reforma Ledesma, aplaudida por los sectores pol¨ªticos m¨¢s progresistas, fue rechazada por Alianza Popular, al entender que "miles de profesionales del delito van a estar pululando impunemente por nuestras ciudades, nuestras calles y nuestros pisos", seg¨²n dijo el senador Fern¨¢ndez de la Madrid. Esta apreciaci¨®n era plenamente coincidente con la de la polic¨ªa y la Guardia Civil.

La inseguridad ciudadana originada por la excarcelaci¨®n masiva de presuntos delincuentes desat¨® las iras de comerciantes, joyeros y empleados de banca. En Madrid llegaron a contabilizarse mensualmente en aquella ¨¦poca hasta 120 o 130 atracos. Esta crispaci¨®n social se tradujo en una enorme presi¨®n social sobre el Gobierno. Jos¨¦ Barrionuevo, a la saz¨®n ministro del Interior, autoriz¨® a la polic¨ªa a dar le?a y a actuar con manga ancha.

La polic¨ªa empez¨® a aplicar con largueza la ley antiterrorista a las bandas de atracadores. Y en ese contexto se registr¨® el primer desaparecido de la democracia: Santiago Corella, el Nani, detenido en noviembre de 1983, se evapor¨® mientras estaba detenido en el viejo caser¨®n policial de la Puerta del Sol de Madrid.

Con ser el del Nani uno de los m¨¢s graves sucesos en que se vio mezclada la dura Brigada de Polic¨ªa Judicial de Madrid, no fue el ¨²nico. Otros muchos delincuentes cayeron abatidos por las balas de los agentes integrados en una unidad que alguien bautiz¨® como la brigada de la muerte.Antonio Vilari?o Sanz fue cosido a tiros mientras iba en un taxi por la plaza de Neptuno, dos j¨®venes fueron acribillados a sangre fr¨ªa cuando sal¨ªan de atracar un banco de la avenida del Mediterr¨¢neo y a otros colegas les pas¨® algo similar cuando abandonaban una joyer¨ªa de la calle de Atocha.

La mayor¨ªa de estos casos no fueron aclarados judicialmente hasta varios a?os m¨¢s tarde. Todav¨ªa hoy, un decenio despu¨¦s, hay alguno de ellos que sigue archivado y olvidado.

En este ambiente y en esta ¨¦poca se produjo la muerte del etarra Joseba Arregui, presunto miembro del comando Madrid, mientras estaba en los calabozos de la Puerta del Sol.