El oso y el madro?o (bis)
La discusi¨®n ya puede abrirse: el oso y el madro?o de la Puerta del Sol, o su r¨¦plica moderna en la calle del Pr¨ªncipe de Vergara.
El primero acompa?a a la estatua de Carlos III -llamada ya el tornillo porque hay que dar 11 vueltas para leer la inscripci¨®n labrada en su peana-, y saluda desde la entrada de la calle del Carmen a la sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid. El segundo acaba de ser colocado junto a la entrada del Museo de la Ciudad, con la bendici¨®n del alcalde, Jos¨¦ Maria ?lvarez del Manzano, y del concejal de Obras, Enrique Villoria.
El Ayuntamiento buscaba algo que se?alase que el edificio es el Museo de la Ciudad, y encarg¨® el proyecto del escultor Poblador al marmolista Jos¨¦ Luis Lozano, quien hizo su trabajo sobre granito madrile?o.
El nuevo oso (en realidad una osa, seg¨²n los expertos en her¨¢ldica) se eleva -incluido el pedestal- 2,8 metros, menor altura que la de su cong¨¦nere de Sol, que mide 4,5 metros y es obra del escultor Antonio Navarro Santa Fe. La escultura primigenia fue inaugurada en los a?os sesenta por el alcalde franquista Carlos Arias Navarro.
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