Desencanto entre los inversores extranjeros con el plan de emergencia anunciado por Zedillo
No hubo sorpresas. Las medidas anunciadas ayer por el presidente mexicano Ernesto Zedillo, para hacer frente al estrepitoso desplome del peso se preve¨ªan: contenci¨®n de salarios y precios, disminuci¨®n del gasto p¨²blico, mantenimiento de la libre flotaci¨®n del peso y apertura del sector de las telecomunicaciones al capital privado. El plan quebr¨® las expectativas de los inversores extranjeros que deseaban medidas m¨¢s agresivas en materia fiscal y en las privatizaciones. De hecho, el peso perdi¨® casi un 10%o respecto al d¨®lar y la Bolsa cerr¨® con una p¨¦rdida superior al 3%.
En su intervenci¨®n, Ernesto Zedillo no entr¨® en el detalle del programa de emergencia: lo justific¨®. La causa ¨²ltima de la peor crisis econ¨®mica de la ¨²ltima d¨¦cada descansa, reiter¨® el presidente, en el abultado d¨¦ficit de cuenta corriente, generado por el enorme desequilibrio en la balanza comercial y financiado durante largo tiempo por inversiones extranjeras de corto plazo. Las altas tasas de intereses en Estados Unidos y la desconfianza generada en el exterior por la crisis pol¨ªtica de 1994 hicieron el resto. La devaluaci¨®n del peso era la ¨²nica salida posible.La palabra "sacrificio" fue la m¨¢s repetida en el discurso presidencial. En grandes l¨ªneas, el plan propone un ajuste duro: el Gobierno reducir¨¢ el gasto p¨²blico en una cantidad equivalente al 1,3% del producto interior bruto (PIB) y los salarios aumentar¨¢n conforme a lo pactado el 20 de diciembre: un 10% entre subidas reales e incentivos a la productividad. Los empresarios, por su parte, deber¨¢n moderar los precios y reducir sus m¨¢rgenes de beneficio. Los servicios de telecomunicaciones (ferrocarriles, puertos, telefon¨ªa y sat¨¦lites) se abrir¨¢n a la inversi¨®n privada. Se crea adem¨¢s un fondo de compensaci¨®n de 18.000 millones de d¨®lares aportados por Estados Unidos, Canad¨¢, varios pa¨ªses europeos y bancos comerciales.
El plan anunciado ayer no difiere en nada del borrador que el Gobierno discuti¨® la v¨ªspera con sindicatos y patronal. Los representantes sindicales, por lo dem¨¢s vinculados al gobernante Partido Revolucionario Institucional (P RI), pelearon por suavizar un programa que les va a acarrear el enfrentamiento con los trabajadores: el aumento salarial m¨¢ximo de un 10% con una devaluaci¨®n que roza el 60% deja sobre las espaldas de los trabajadores la carga m¨¢s pesada de la crisis.
Al asumir la dureza del plan, Zedillo quiso desmarcarse de su antecesor, Carlos Salinas, que de ser el promotor del milagro mexicano se ha convertido de la noche a la ma?ana en el mandatario que prefiri¨® soslayar la crisis que se- avecinaba para mantener limpia su candidatura a la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC).
A pesar de todo, el plan enfri¨® las expectativas de los inversores extranjeros, que esperaban medidas m¨¢s contundentes. En EE UU los ojos estaban puestos en la privatizaci¨®n de las pretroqu¨ªmicas y en el aumento de los impuestos a los m¨¢s poderosos, iniciativas frenadas por los afectados.
"Los inversores extranjeros que hemos sondeado rechazan las medidas porque son muy generales. Da la impresi¨®n de que el Gobierno no tiene un plan coherente para enfrentar la crisis", afirma Samuel Garc¨ªa, subdirector del servicio de informaci¨®n financiera del diario Reforma. El principal fallo, opina Garc¨ªa, es que el programa no explica c¨®mo se va a luchar contra el d¨¦ficit por cuenta corriente, que asciende a 23.000 millones de d¨®lares, sin generar una recesi¨®n. No obstante, el FMI consider¨® ayer "apropiadas" las medidas y anunci¨® su intenci¨®n de ayudar a M¨¦xico con una segunda l¨ªnea de cr¨¦dito.
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