Reyes para peque?as penas
Los ni?os desamparados celebraron como Magos a dos polic¨ªas y un fiscal
El rey Gaspar dej¨® ayer la pistola PK reglamentaria en casa. Tampoco cogi¨® la placa. As¨ª, por primera vez, acudi¨® a su cita desarmado. Y se enfrent¨® a un mar de penas peque?as y pedig¨¹e?as. Un oc¨¦ano de manos que no sab¨ªa -o no quer¨ªa saber- que detr¨¢s de aquel rey mago de barbas doradas se escond¨ªa uno de los m¨¢s duros polic¨ªas de Madrid, un hombre acostumbrado a ver temblar el horror bajo su bigote: el jefe de Homicidios y Delitos Sexuales de la Polic¨ªa Judicial, Esmeraldo Rapino. Le escoltaban en la operaci¨®n un avezado Baltasar -un inspector del Grupo de Menores- y un infatigable Melchor -el fiscal. de menores Ignacio Esquivias-El objetivo de tanto despliegue fiscal y policial eran los v¨¢stagos del delito, del desamparo. M¨¢s de 225 menores acogidos en centros de tutela de la Comunidad. Los ni?os, reunidos para la fiesta en el internado de Concepci¨®n Arena? (Canillejas), se encontraron -algunos por vez primera- con un regalo. En sus rostros, como el de Luc¨ªa -nombre falso-, de 5 a?os, se le¨ªan las trazas de un rugiente pasado, presidido por el jaco -hero¨ªna- y unos padres descabalgados. -?Y tus pap¨¢s? "No s¨¦". Corri¨® a juntarse con su amiga Gemma. ?Y qu¨¦ les vas a pedir a los Reyes? "Pinturas para dibujar". ?Dibujar qu¨¦? "Pues de todo, el patio, la casa..."., Se refer¨ªa la chiquilla al internado y sus altos muros, y tambi¨¦n al patio de hormig¨®n y hierba en el que ayer por la tarde se mec¨ªa una multitud de tragedias como la suya. Un oleaje que se convirti¨® en marejada cuando el altavoz anunci¨® la llegada de los Reyes Magos, Fue el espect¨¢culo. Bajo el batir del helic¨®ptero,' los tres Reyes Magos hicieron su entrada a caballo. Despu¨¦s, se sentaron en sus tronos, bajo una tienda de lona blanca, a la que los ni?os sub¨ªan nerviosos y bajaban con un regalo -nunca de contenido violento-. Desde all¨ª arriba, los reyes pudieron ver, sentados en su regazo y balbuceando deseos, el resultado de sus casos.
Por la ma?ana, un inmenso rosc¨®n de Reyes de casi 14 metros de largo (8.000 raciones) hab¨ªa batido, en la Puerta del Sol, el r¨¦cord Guinness a beneficio de los ni?os de Aldeas Infantiles. Y en el hospital del Ni?o Jes¨²s, por la tarde, dos pediatras y un cirujano colgaron la bata blanca y se pertrecharon de corona y capa de terciopelo.
Les esperaban ni?os, enfermos: pero felices.
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