Juan Habichuela

Juan Carmona Habichuela recibi¨® un justo homenaje del pueblo de Madrid, al entreg¨¢rsele el Galard¨®n Calle de Alcal¨¢, pero alguien estuvo a punto de frustrarlo echando el tel¨®n. cuando todos los artistas se encontraban a¨²n actuando. Nunca hab¨ªamos visto nada igual. Desconocemos los motivos para proceder as¨ª.Fue un homenaje entra?able, desde luego. Juan Habichuela vive desde hace 40 a?os en Madrid, y aqu¨ª se le quiere y se le agradece su arte, verdaderamente el de uno de los m¨¢s grandes guitarristas flamencos de todos los tiempos. Estuvo en el escenario, emocionado, con toda esa larga familia que se dedica al mismo arte que ¨¦l. Y acompa?¨® con su magisterio habitual el cante de un Rancapino sembrado; no se puede cantar con m¨¢s flamencura, m¨¢s jondo ni con m¨¢s duendes, y con mimbres as¨ª puede permitirse la licencia de cantar hasta el Carcelero.

Hubo otro inmenso cantaor en el programa: Jos¨¦ Menese. Gran acierto el suyo al cantar los caracoles, por el madrile?ismo del galard¨®n Calle de Alcal¨¢, Los hizo espl¨¦ndidamente, como la nana y la ton¨¢ y liviana, tres estilos poco frecuentes en los repertorios actuales que Menese hizo con grandeza y sobriedad ejemplares.

Sobrio tambi¨¦n, flamenqu¨ªsimo, fue el baile por sole¨¢ de Mistela, uno de los bailaores j¨®venes que m¨¢s fieles se mantienen a los viejos c¨¢nones de este arte, los que rechazan las acrobacias, las guitarras paradas y los zapatazos a destajo. Mistela bail¨® como se debe bailar, con se?or¨ªo, jugando con todo el cuerpo arm¨®nicamente y sin perder la compostura.