Esas cosas son muebles
Dos semanas llevo d¨¢ndole vueltas al asunto del mobiliario urbano madrile?o sin alcanzar ninguna conclusi¨®n. Lo ¨²nico que s¨¦ a ciencia cierta es que no tiene que gustarme porque los expertos han dicho aqu¨ª mismo que son unos muebles horribles, de manera que si te dan placer eres un imb¨¦cil al que no se puede llevar a ning¨²n sitio (menos mal que a m¨ª no me gustan). Lo malo es que los expertos est¨¢n empe?ados al mismo tiempo en que me guste la Torre Picasso y a m¨ª la Torre Picasso me da miedo. Eso por no hablar de los nuevos recintos feriales, que se me aparecen en las pesadillas. 0 del Parque Juan Carlos 1, que por lo visto se trata de un parque inteligente, aunque a m¨ª me parezca oligofr¨¦nico. Y es que la opini¨®n de los expertos en asuntos de arquitectura y de dise?o es desconcertante, cuando no peligrosa,De hecho, hay gente que se me ha puesto en manos de los dise?adores y ha cavado su tumba: el PSOE, Sin ir m¨¢s lejos, que yo creo que era un producto de dise?o; aqu¨ª empezaron a proliferar las empresas de dise?o, igual que las de comunicaci¨®n, con el triunfo del PSOE. En aquellos primeros a?os de socialdemocracia felipista, levantabas una piedra y sal¨ªan 100 empresas de comunicaci¨®n, 200 de dise?o y 400 de estudios de mercado, sin contar las filesas. Y viv¨ªan todas del mismo partido (y de nuestros impuestos, me temo). Yo he conocido muchas que se forraron con proyectos improbables, aunque ¨²ltimamente est¨¢n de saldo, como el ex Ministerio del Interior. As¨ª que mucho cuidado con los dise?adores.
Pero est¨¢bamos en el mobiliario urbano, que no le gusta a nadie. Parece que es hortera, antiguo, pretencioso, reaccionario y ca¨®tico, adem¨¢s es fernandino. YO, con toda franqueza, no tengo criterio: hablo del de los expertos, que son, por otra parte, los que han arruinado al PSOE y han vaciado las arcas p¨²blicas a base de folletos de prestigio, cambios de imagen y logotipos. 0 sea, los mismos que cantan loas a la Torre Picasso y son capaces de enamorarse en el Juan Carlos I, ya ves t¨². As¨ª que estoy hecho un l¨ªo porque, si se equivocan tanto cuando elogian unas cosas, ?por qu¨¦ no van a meter la pata cuando critican otras?
Por eso, lo ideal ser¨ªa tener un juicio propio. Lo que pasa es que no sabemos d¨®nde se adquiere ese juicio: al fin y al cabo somos unos reci¨¦n llegados, es decir, que todav¨ªa estamos en proceso de adaptaci¨®n a Europa, al pensamiento posindustrial, al tr¨¢fico de armas y al crimen organizado.
Al mobiliario urbano tambi¨¦n acabamos de negar: ni siquiera sab¨ªamos que esas cosas grandes que se nos aparec¨ªan en la calle eran muebles, la verdad. Para m¨ª, un retrete p¨²blico era un retrete p¨²blico y un banco era un banco , del mismo modo que un contenedor de vidrio era un igl¨². Ahora tenemos que empezar por hacernos a la idea de que todos esos bultos son muebles, lo que no es f¨¢cil, al menos para m¨ª: para mi, un mueble es un tresillo.
Todav¨ªa recuerdo la impresi¨®n que me caus¨®, de ni?o, ver una casa con el suelo de parqu¨¦. (que es una palabra que. ni siquiera trae el diccionario). Y la formica, que tampoco viene (lo m¨¢s parecido es fornicar), me pareci¨® durante muchos a?os la expresi¨®n m¨¢s acabada del lujo, lo mismo que los sof¨¢s de skay. El skay tiene en com¨²n con el parqu¨¦ y la formica el no haber sido reconocido por la Real Academia, as¨ª que de peque?o cre¨ª que la condici¨®n esencial para resultar exquisito era vivir fuera de los diccionarios.
Con tales antecedentes, comprender¨¢n que no soy la persona m¨¢s adecuada para juzgar el mobiliario urbano. As¨ª que necesito la opini¨®n de los expertos. Pero tienen que ser expertos que odien con pasi¨®n el edificio de Bofill, en el Parque Ferial, y la Torre Picasso, y las gemelas de Nueva York. Y expertos de esas caracter¨ªsticas no hay. Mala suerte.
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