Pat¨¦tica imagen del Logro?es en Zaragoza

La feria de la Liga no va con el Logro?¨¦s. Los riojanos, desahuciados hace tiempo de la categor¨ªa, mostraron en La Romareda una imagen pat¨¦tica. Exclusivamente preocupados de no salir goleados, dif¨ªcilmente un equipo puede saltar m¨¢s entregado a un terreno de juego. Ni los goles, muchos menos de los que se presagiaban tras los primeros minutos, ni las incontables ocasiones que tuvo el Zaragoza ante Vergara, salvan un encuentro desvalido en todos sus aspectos. Ni siquiera el p¨²blico respondi¨®, aunque era complicado que lo hiciera en plena Semana Santa y a la misma hora que el duelo madrile?o.El Zaragoza, que hace tiempo no encontraba tan escasa oposici¨®n, no pas¨¦ de forzar a Caf¨², Oscar y Sergi, habituales suplentes, pensando en las bajas del equipo ante el Chelsea. V¨ªctor est¨¢ decidido a asegurar la Copa de la UEFA en La Romareda y no se permiti¨® m¨¢s licencia que dar descanso a Santiago Arag¨®n. El resto, que no era poco, ven¨ªa marcado por lesiones y sanciones: C¨¢ceres, Solana y Garc¨ªa Sanju¨¢n eran bajas. Pese a tener enfrente una defensa in¨¦dita y un centro del campo sin catalizador, el Logro?¨¦s no inquiet¨® jam¨¢s a Juanmi.

Los riojanos volvieron la cara a todo lo que fuera levantar una muralla ante su ¨¢rea, frente a la que colocaron a nueve hombres. Ni presionaban cuando el Zaragoza ten¨ªa el bal¨®n, ni trenzaban m¨¢s all¨¢s de tres pases consecutivos. El Zaragoza, relajado al m¨¢ximo, disfrut¨® intentando todo aquello que no se puede en partidos de m¨¢s empaque.

Nada m¨¢s superarse el cuarto de hora, Higuera ya hab¨ªa estrellado un bal¨®n en el poste y Aguado abierto el marcador al aprovechar un rechace. Poyet sentenci¨® tras la media hora y a partir de ese momento s¨®lo qued¨® comprobar hasta donde ser¨ªa capaz de elevar su cuenta de goles el Zaragoza. El poste a¨²n se aliar¨ªa, por segunda vez, con el Logro?¨¦s.

El suplicio riojano concluy¨® con tan s¨®lo dos disparos a puerta en los 90 minutos, el aburrimiento del p¨²blico y la confirmaci¨®n de que la clasificaci¨®n, al menos en este caso, no enga?a.