Claudio Bravo espera llegar a ser un cl¨¢sico
El pintor chileno expone en Madrid sus ¨²ltimos lienzos y pasteles
La galer¨ªa Marlborough, de Madrid, abre ma?ana una muestra individual del pintor realista chileno Claudio Bravo (Valpara¨ªso, 1936). Hac¨ªa m¨¢s de veinte a?os que Bravo no expon¨ªa de forma unipersonal en Madrid, y ahora lo hace reuniendo obra producida en su retiro de T¨¢nger en los ¨²ltimos a?os y con una novedad excepcional: una ¨²ltima cena de gran formato en la que han concurrido el accidente y la pol¨¦mica. Avalado por el ¨¦xito internacional y una creciente cotizaci¨®n en el mercado del arte, el pintor reconoce la influencia de la pintura espa?ola sobre su trabajo.
La sala de la calle Orfila no tenia ayer su pulcritud habitual; hab¨ªa un trasiego de cuadros por el suelo, latas de barniz, embalajes reci¨¦n destripados y en medio, el artista que daba con precisi¨®n matem¨¢tica la pauta para la disposici¨®n de los cuadros. Reacio a las entrevistas, a Claudio Bravo s¨®lo le seduce la conversaci¨®n sobre la pintura, lo que se desvela desde las primeras palabras: "Uno firma el cuadro y ya te aburre, te desentiendes de ¨¦l, o cuando lo ves colgado en la galer¨ªa dices: '?Qu¨¦ pena, deb¨ª qued¨¢rmelo!'. Nunca s¨¦ d¨®nde est¨¢ un cuadro m¨ªo. Quisiera conservar algunas piezas; pero siempre acabo desprendi¨¦ndome de ellas. Me pas¨® con Las tentaciones de San Antonio, lo hab¨ªa tenido en casa mucho tiempo; o con un Cristo enorme, que tambi¨¦n lo conserv¨¦ cerca hasta que de repente un d¨ªa, hablando con el rey Juan Carlos, se lo regal¨¦. Me va a costar mucho hacer una colecci¨®n particular de mis obras porque soy bastante generoso con ellas. Llega un momento en que las regalo. ?Quisiera encontrar los dibujos de mi primera ¨¦poca para recomprarlos!, pero cuesta mucho que aparezcan".Claudio Bravo acumula objetos muy variados: "Colecciono esculturas y cristales grecorromanos, adem¨¢s de m¨¢rmol y bronces de esa ¨¦poca. Tambi¨¦n del Renacimiento, todo lo que pueda: muebles italianos o espa?oles. En realidad, por curioso que parezca, amontono mucha. m¨¢s escultura que pintura". Esos objetos coleccionados luego intervienen en las obras: "Perfecta y naturalmente, las cosas que son objetos decorativos en la casa aparecen en mis cuadros, y a veces se repiten. Convivo con ellos y es l¨®gico". Como los morteros, de piedra, de m¨¢rmol, de barro: "Tengo en la casa una escalera donde est¨¢n llenos todos los pelda?os de morteros, son unos 40, y cuando quiero, los utilizo en los bodegones".
Unas naturalezas muertas carentes de s¨ªmbolos: "Hay poco de simb¨®lico y a veces, en los cuadros, hasta una desconexi¨®n entre los objetos para evitar el s¨ªmbolo, lo que hago es un choque entre elementos, por contrastes que se dan por el color, las formas o las materias. A veces s¨ª, como en Vanitas o en La Bacanal, que est¨¢n llenos de s¨ªmbolos; pero prefiero la pureza de la idea que transmite el objeto por s¨ª mismo al retorcimiento del pensamiento que aporta el s¨ªmbolo".
En el Vanitas hay un ¨¢ngel: "All¨ª agregu¨¦ una ¨¢ngela ". ?Los ¨¢ngeles le visitan? "?Qu¨¦ pregunta tan rara! Aunque la verdad es que los pinto mucho... y me persiguen desde muy joven, cuando hice una cantidad de dibujos con el tema de la ca¨ªda de los ¨¢ngeles. Siempre me ha fascinado el hecho de un ser humano desnudo con grandes alas. Lo encuentro muy po¨¦tico. Es una manera de escapar de la realidad, pues el realismo es realismo ?tan pesado! La realidad todo el tiempo: hay que ponerle un poquito de alas. Antes se insist¨ªa mucho en pintar lo humano por una parte y lo divino por otra. El realista espa?ol pinta mucho lo humano; yo intento -no s¨¦ si me sale o no- siendo realista, partir de la realidad llana para llegar a una realidad nueva. En esta exposici¨®n se nota mucho esa voluntad de exagerar ciertas cosas de la realidad, no reproducirlas fielmente. Se trata de idealizar la realidad. Yo no s¨¦ si soy un realista duro, siempre matizo e intento mejorar la realidad; parto de ella, giro en su derredor. Aunque quiera hacerlo todo tal cual, el artista que llevo dentro se impone. A veces interviene una musicalidad, una poes¨ªa que llega de repente y comienzo a meter color, trazos y se da otro phatos".
Hace m¨¢s de 20 a?os se fue Bravo a vivir a T¨¢nger y resulta una especie de nuevo orientalista. "Nada que ver con los del XIX. Eran pintores viajeros, como Fortuny. En el siglo XX hay un tipo de orientalista nuevo que est¨¢ marcado por Matisse, se parte de ¨¦l". Y a pesar de las dos d¨¦cadas, no ha aprendido el ¨¢rabe: "S¨®lo s¨¦ decir cuatro insultos y algunas palabras de cocina".
En sus obras, las referencias del arte espa?ol del siglo XVII est¨¢n claras: "Quiero ser el pintor que pinta a los pintores. Me propuse ser un cl¨¢sico de verdad cuando comenc¨¦ a poner las fechas en n¨²meros romanos, y fue precisamente en Madrid. Esa era una manera a ultranza de perseguir lo cl¨¢sico".
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