Las arcas del PP se llenan en las capitales
El partido de Aznar logr¨® la mayor¨ªa absoluta en 2.983 municipios y en 33 capitales de provincia
El vuelco pol¨ªtico del domingo tiene nombre de ciudades. Las arcas electorales del PP se han llenado en casi todas las capitales y en grandes n¨²cleos, mientras los socialistas han mantenido el tipo en zonas rurales. El partido de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar barri¨® con mayor¨ªa absoluta en 33 capitales y fue el partido m¨¢s votado en otras diez. Los socialistas ganaron s¨®lo en cuatro capitales y ¨²nicamente en una (La Coru?a) por mayor¨ªa absoluta.Los fr¨ªos datos globales aproximan m¨¢s la realidad: el PP ha sido el m¨¢s votado en 3.520 municipios de los 8.098 existentes en Espa?a, mientras los socialistas consiguieron el primer lugar de la tabla en 2.468 localidades. En la franja comprendida entre los 5.000 y los 50.000 habitantes, los socialistas se hicieron con 2.290.000 votos, 300.000 m¨¢s quelos populares.
Pero esos datos no reflejan el reparto real de poder regional, toda vez que los populares se han hecho con la cabeza del le¨®n. Como dato, Cinco D¨ªas inform¨® ayer que el partido de Aznar gestionar¨¢ 3,5 billones de pesetas en ayuntamientos y autonom¨ªas, dos de ellos fruto de lo ocurrido el pasado domingo.
El desalojo de los socialistas del poder municipal tiene sobrados ejemplos. En un cl¨¢sico granero del PSOE, como es Andaluc¨ªa, el PP fue el partido m¨¢s votado en las ocho capitales, incluida C¨®rdoba, basti¨®n de Julio Anguita, si bien Antonio Romero (IU) podr¨¢ gobernar con los votos socialistas. En Extremadura, las dos capitales, hasta el domingo socialistas, se han pasado con armas y bagajes al partido de Aznar. En las dos Castillas, todas las capitales son ya del PP por mayor¨ªa absoluta, y lo mismo ocurre en las tres valencianas. Las tres aragonesas tambi¨¦n han abandonado al PSOE y se han echado en manos de Aznar.
Los reductos socialistas tienen cuatro nombres: La Coru?a, Barcelona, Lleida y Girona. En la ciudad gallega, la personalidad de Francisco V¨¢zquez ha salvado el honor del PSOE con la ¨²nica mayor¨ªa absoluta socialista en una capital. Similar m¨¦rito tiene Pasqual Maragall en Barcelona, donde ha fundido las aspiraciones del convergente Miquel Roca. Los socialistas de Girona tambi¨¦n se apuntan un gran tanto: es la ¨²nica capital en la que gana concejales el partido de Felipe Gonz¨¢lez.
Curiosa es la dualidad de voto que se ha producido en algunas zonas. Mientras Jos¨¦ Bono y Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra tambi¨¦n han salvado a los socialistas de la quema auton¨®mica enCastilla-La Mancha y Extremadura, el PSOE no tendr¨¢ el gobierno en ninguna capital de esas dos regiones.
IU ha salido m¨¢s que airosa del envite, aunque no colma sus aspiraciones. Seguir¨¢ gobernando en C¨®rdoba, pero tambi¨¦n podr¨¢ hacerlo ahora en M¨¢laga. El baj¨®n socialista hace ya in¨²til el posible apoyo de IU para gobernar en muchos lugares, pero, a cambio, se hace m¨¢s imprescindible en otras zonas. Anguita no obstante, ha fracasado en su intento de convertir a IU en la ¨²nica fuerza de izquierdas en Espa?a. Sube en votos y en porcentaje, pero los socialistas han protegido bien su frontera con IU y han conseguido que la relaci¨®n global de 3 a 1 a favor del PSOE se modifique muy levemente.
En el Pa¨ªs Vasco, apenas han variado las posiciones. El PNV seguir¨¢ necesitando de otros apoyospara gobernar en Bilbao y Vitoria. En San Sebasti¨¢n, el PP fue por primera vez el partido m¨¢s votado en unas municipales -ya ocurri¨® en las ¨²Itimas europeas-, peromuy probablemente Od¨®n Elorza (PSE) se mantendr¨¢ en la alcald¨ªa de un ayuntamiento siempre atomizado. Los populares, no obstante, est¨¢n lejos de desplazar al PSOE como segunda fuerza en Euskadi. HB ya no es la primera fuerza guipuzcoana, mientras IU estrena concejales en importantes ayuntamientos de la comunidad. Con esta situaci¨®n, Gonz¨¢lez aborda una etapa pol¨ªtica dif¨ªcil de administrar. El Gobierno tendr¨¢ que enfrentarse a un poder municipal y regional dominado por los populares. Eso s¨ª, los socialistas se estrenar¨¢n en una misi¨®n que parecen tener olvidada desde 1982: hacer oposici¨®n.
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