"Ponce se equivoc¨® con mi toro", dice el propietario de La Cardenilla

Jos¨¦ Moro, propietario de la divisa de La Cardenilla, lleva ya lidiados 13 toros en la feria, m¨¢s que ning¨²n otro ganadero, el ¨²ltimo de los cuales le correspondi¨® en sexto lugar de ayer, como sobrero, a Enrique Ponce, "quien se equivoc¨® con ¨¦l al ordenar que le dieran mucha le?a en el caballo", seg¨²n explicaba el ganadero despu¨¦s del festejo.A Moro le gust¨® este ejemplar, "que ten¨ªa calidad para el torero sin dejar de tener por ello inter¨¦s para el p¨²blico", aunque admit¨ªa que iba justo de fuerzas: "Pero pose¨ªa las suficientes para haber admitido de 15 a 20 muletazos buenos". El error de Ponce se deb¨ªa, seg¨²n Moro, a que vio c¨®mo Joselito se dej¨® a falta de un puyazo el de esta divisa que lidi¨® el mi¨¦rcoles, "y el valenciano no quiso que le sucediese igual". Tambi¨¦n estimaba que el viento que se levant¨® durante la lidia de ¨¦ste toro perjudic¨® al torero: "Porque se lo llev¨® a tablas y all¨ª era m¨¢s dif¨ªcil".

Por cierto que el toro, de nombre Dudoso, estaba tambi¨¦n como sobrero en el festejo del mi¨¦rcoles, aunque no lleg¨® a salir. Entonces el ganadero se vio obligado a firmar el acta de responsabilidad, seg¨²n dijo el presidente de esa corrida, Luis Espada, por haber levantado sospechas de manipulaci¨®n de astas. Sin embargo, ayer no le obligaron: "Es que es una tonter¨ªa, el toro simplemente tiene un pit¨®n un poco m¨¢s largo que el otro".

Antes de finalizar la conversaci¨®n, el propietario de La Cardenilla quer¨ªa destacar que a su juicio, ese toro suyo lidiado el mi¨¦rcoles por Joselito ha sido el m¨¢s bravo y d¨¦ mejor juego de la feria. Aunque se negaba a calificar la actuaci¨®n del torero con ¨¦l.

Por su parte, Ponce coincid¨ªa en que ese sexto de ayer se defend¨ªa y era m¨¢s dif¨ªcil "de las rayas para adentro, pero el viento me oblig¨® a lidiarlo ah¨ª. Como se acab¨® pronto y no admiti¨® antes m¨¢s de 10 pases, me justifiqu¨¦ cual merece esta afici¨®n, arriesgando entre sus pitones". Tras agregar que era consciente del peligro, pero que le daba igual que le cogiera, lamentaba las pocas fuerzas del tercero: "Se ca¨ªa en cuanto le bajaba la mano".