Geometr¨ªa coral

Posee Elvira Andr¨¦s formaci¨®n de escuela y buen gusto, hasta el punto de que, si sigue, se podr¨¢ hablar alguna vez de un incipiente estilo, modesto, limpio, honradamente seguidor de algunos hallazgos esc¨¦nicos que de ordinario se atribuyen a Gades, y que en parte lo son, aunque hay otro segmento de depuraci¨®n y estilizaci¨®n de la tradici¨®n que se ha ido madurando de lejos hasta hoy. Lo interesante es que Elvira Andr¨¦s ha escuchado la llamada, casi el deber, de empe?arse seriamente en ese terreno, respetuosa y consciente de las formas y los bailes. Su plantilla, mejor armada en las mujeres que en los hombres, francamente irregulares y hasta deslucidos, baila con garra; ellas saben lo que hacen y est¨¢n muy hechas y preparadas, dando juego a ese dibujo de ¨¢cida geometr¨ªa y contrastes que permite especular con la abstracci¨®n. Las bailarinas, por momentos, dejan ver un trazo victorioso y virtuoso, de gracia a?eja. Son modos que no abundan ni se cultivan demasiado hoy, y que, aun en encuadres modernos, se agradecen: buenos brazos, giros precisos, desplazamientos amplios, muy arropados por la m¨²sica de Emilio de Diego, eficaz y muy bailable, envolvente, rica de temas.El espect¨¢culo del Alb¨¦niz se compon¨ªa de tres obras. La segunda fue la que justificadamente levant¨® la pol¨¦mica del pasado certamen de danza espa?ola en ese mismo teatro, cuando se le arrebat¨® el premio principal. Es una buena pieza, que a¨²n supera a la primera, A la luz, tambi¨¦n sobre los mismos juegos estructurales: el grupo, la luz rasante, el palillo como acento cor¨¦utico dando su color. Al final La perla de Cuba no mostr¨® la misma brillantez. Lo de recrear el tablao de toda la vida es dif¨ªcil y hasta peligroso, pareciendo enga?osamente lo t¨®pico y sencillo. Lo mejor de La perla... es el trozo de presentaci¨®n con viejas grabaciones donde la guajira fue bailada con entusiasmo, y aunque era m¨¢s de ida que de vuelta, tuvo frescura antillana. En la pieza falt¨® el sentido coral que distingu¨ªa a la core¨®grafa en las dos primeras piezas, y hasta se le iba de las manos.