"Se viene con precauci¨®n y hay menos cornadas"
El doctor Garc¨ªa Padr¨®s observa que en otras plazas el toro sale 'tocado' de pitones
Luis Francisco Espl¨¢ volvi¨® ayer a Las Ventas 19 d¨ªas despu¨¦s de que el doctor M¨¢ximo Garc¨ªa Padr¨®s, cirujano-jefe de la plaza, le atendiera de una cogida. Desde entonces han ido desfilando por la enfermer¨ªa Armillita, Chamaco, El Tato, Jos¨¦ Ortega, Uceda Leal... pero ninguno con una cornada como la que sufri¨® Espl¨¢, sino que llegaban con otro tipo de percances, no por ello menos graves, pero tambi¨¦n, desde luego, menos cl¨¢sicos.Una sola herida incisa producida por asta de toro en lo que va de feria es, afortunadamente, un balance satisfactorio. El doctor Garc¨ªa Padr¨®s tiene una explicaci¨®n: "A Madrid se viene se viene con una cierta precauci¨®n, porque sale otro tipo de toro al que se est¨¢ acostumbrado en otras plazas, y hay menos cornadas".
El "otro tipo de toro" al que se refiere el cirujano-jefe de Las Ventas "es un toro de peso, de m¨¢s presencia, astifino". Dice que contrasta con lo que se ve, salvo excepciones, por televisi¨®n: "Los pitones en casi toda Espa?a est¨¢n saliendo tocados, o as¨ª, as¨ª".
Mas no todos los toreros adoptan precauciones en la feria. Alardes como el que hizo El Tato resultan una temeridad. El doctor tiene su propia opini¨®n sobre esta postura que adoptan los que quieren triunfar: "Recibir a porta gayola en Madrid no ten¨ªa que hacerse. Es una plaza en la que el toro ha estado much¨ªsimas horas en un chiquero, desde las doce o doce y media. Sale al ruedo deslumbrado, tras tanto tiempo de oscuridad. Ve algo delante de la raya blanca y se frena. Es muy raro el toro que cruza sin saltar la raya. El ruedo est¨¢, adem¨¢s, abombado en la parte central y el toro se frena".
El percance del Tato le lleg¨® a asustar: "No se movi¨® hasta los tres o cuatro minutos de entrar a la enfermer¨ªa; hubo que entubarle porque est¨¢bamos viendo ya que estaba la cosa fea".
Como el AVE
El doctor Garc¨ªa Padr¨®s vio claro desde un primer momento que no hab¨ªa cornada, pero que el torero hab¨ªa perdido el conocimiento. "Fue como si hubiera pasado el AVE, un mercanc¨ªas y el Talgo por encima de ¨¦l. La casta?eta que hab¨ªa estrenado apareci¨® completamente machacada y, gracias a ella, pudo amortiguar el golpe en la cabeza".Un caso singular fue el de Armillita. Lo recuerda el doctor: "Meterse una banderilla roma en el cuello, con una presi¨®n, y que cogiera s¨®lo las partes blandas, es algo ¨²nico. Si t¨² quieres hacer eso con un bistur¨ª, te llevas la intemerata. La banderilla disec¨® las arteria car¨®tida interna y la yugular. No hab¨ªa gran hemorragia exterior, porque la sangre le iba cayendo al es¨®fago, a la cavidad. Cuando le pusimos la anestesia dec¨ªa que le amargaba y luego, al entubarle, se ve¨ªa que sal¨ªa el aire. O sea, que estaba clar¨ªsimo que hab¨ªa comunicaci¨®n. Se oper¨® y muy bien, pero fue uno de esos casos que en un principio no parecen tan graves y luego son serios".De ah¨ª que para todo el equipo m¨¦dico que hay de guardia durante las corridas -un cirujano-jefe, tres cirujanos, un anestesista, un hemat¨®logo, dos auxiliares de quir¨®fano y un ATS- no haya alerta amarilla ni roja, sino que permanece en continuo estado de emergencia, dice el doctor Garc¨ªa Padr¨®s.
Desde el burladero.
El doctor suele presenciar los dos primeros toros desde el burladero del callej¨®n; los dos siguientes, tras la reja del port¨®n de la enfermer¨ªa, y los dos ¨²ltimos, en el despacho por la televisi¨®n: "Viendo los percances en la c¨¢mara lenta juegas con ventaja. Ha habido veces que el torero sale encunado y vienen los compa?eros corriendo del callej¨®n '?que le ha cogido!' y yo les digo, 'no, tranquilos, que no ha habido nada", asegura el doctor.Otras veces, en cambio, la sensaci¨®n de que ha habido cornada es inmediata. Ocurri¨® con la que sufri¨® Espl¨¢. "Yo estaba en el burladero y vi c¨®mo el toro le levantaba. Fue nada m¨¢s que un segundo, pero en el momento que ca¨ªa por el aire, el toro le clav¨® y le produjo una herida ascendente. Result¨® muy parecida a la cornada de Parada en Sevilla. La ¨²nica duda que manten¨ªamos era que no sab¨ªamos hasta d¨®nde hab¨ªa llegado el pit¨®n. Afortunadamente no rompi¨® mucho".
El cirujano-jefe de la plaza de Las Ventas confirma tambi¨¦n que las ca¨ªdas de los picadores, en las que apenas repara el p¨²blico, acaban muchas en las enfermer¨ªa. El doctor se muestra tajante tambi¨¦n al afirmar que las estad¨ªsticas se siguen cumpliendo, "casi una docena de heridas por asta de toro en toda la temporada".
Babelia
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