Un inteligente humor

Era una delicia de persona, uno de esos hombres que poseen una gracia y un humor inteligentes. No me sorprende su muerte porque. sab¨ªa desde hace tiempo que se encontraba muy mal. Pens¨¦ incluso en ir a, visitarle a Par¨ªs pero me dijeron que no merec¨ªa la pena porque ni siquiera reconoc¨ªa ya a sus amigos. Nos queda el libro que hicimos juntos. Nos conocimos personalmente a ra¨ªz de una carta que me envi¨® acompa?ada de un mont¨®n de libros, pr¨¢cticamente toda su obra. Me dec¨ªa que hab¨ªa visto el libro que yo hab¨ªa hecho con Heiddegger y que le gustar¨ªa que ilustrara su ¨²ltima obra.Nos invitaba a visitarle para conocemos y hablar. Fuimos a Par¨ªs y ya en el hotel nos encontramos con una nota suya en la que nos dec¨ªa, "no puedo prometerles una comida excepcional pero. les aseguro que el vino les espera desde hace muchos a?os". Recuerdo que nos sirvi¨® el vino muy ceremoniosamente. ?l en el papel de camarero y con la servilleta correctamente ajustada a la botella. Era una persona encantadora. El libro iba a llamarse Confidencias y Anatemas, pero la obra termina con la frase, "he aqu¨ª la refutaci¨®n de todos mis anatemas" y finalmente se llam¨® Ce maudit moi, (Ese maldito yo).