Suma y sigue

La agresiones cometidas por grupos violentos est¨¢n proliferando en Madrid. Pero abundan sobre todo las que llevan el sello de alguna tribu urbana. El asesinato ocurrido en la zona de copas Costa Polvoranca, en Alcorc¨®n -un joven muri¨® apu?alado el 21 de mayo-, es la agresi¨®n m¨¢s grave de las cometidas por rapados en lo que va de a?o.El 19 de mayo, cuatro rapados apalearon a un toxic¨®mano en Fuenlabrada. El 30 de mayo, el hijo del conserje de un colegio de Moratalaz fue atacado tambi¨¦n por una banda fascista, encabezada por un hermano de El Mallorqu¨ªn (principal implicado en el crimen de Costa Polvoranca). El 11 de junio, una banda de 15 rapados atac¨® a un joven en la puerta de una discoteca de Majadahonda. El 13 de junio, una familia camerunesa sufri¨® el asalto de unos rapados a su puesto de helados. La polic¨ªa detuvo a los agresores. El 15 de junio, un rapado y otro hombre violaron a una mujer brasile?a a la que sometieron a todo tipo de vejaciones (entre ellas, obligarla a ladrar). El s¨¢bado 17 de junio, un muchacho ciego de 19 a?os fue agredido por unos rapados en la zona de Moncloa. Ese mismo fin de semana, otras tres personas quedaron malheridas por la misma sinraz¨®n. El 23 de junio, un homosexual que pegaba carteles sobre el D¨ªa del Orgullo Gay fue apu?alado en la espalda por miembros de esa tribu. Pero muchas acciones que tambi¨¦n llevan el sello de estas tribus no siempre trascienden. Algunas de esas agresiones salen a la luz s¨®lo porque las cuentan los familiares de las v¨ªctimas, ya que la polic¨ªa no informa de todas.