M¨¢s sobre Argentina y Vargas Llosa

Con relaci¨®n al alegato del se?or Vargas Llosa a favor de la impunidad de los miembros de las Fuerzas Armadas y de seguridad argentinas que cometieron grav¨ªsimas violaciones de los derechos humanos, quisiera se?alar lo siguiente:Evitar la impunidad de las m¨¢s graves violaciones de los derechos humanos es un tema que preocupa a la sociedad desde hace mucho tiempo, especialmente despu¨¦s de la II Guerra Mundial, como lo prueba la adopci¨®n en 1946 por la Asamblea General de las Naciones Unidas de la definici¨®n de cr¨ªmenes de guerra y de lesa humanidad que figura en los estatutos del Tribunal de N¨¹remberg y la aprobaci¨®n en 1968 por la misma Asamblea General de la convenci¨®n sobre la imprescriptibilidad de los cr¨ªmenes de guerra y de los cr¨ªmenes de lesa humanidad.

El tema de la impunidad sigue interesando tanto que actualmente es objeto de un estudio en la Subcomisi¨®n de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, a instancias de numerosas organizaciones no gubernamentales de todo el mundo.

La finalidad del castigo de las violaciones graves de los derechos humanos no es la venganza, sino satisfacer la necesidad que tiene la sociedad de constatar la intangibilidad de ciertos valores fundamentales, la necesidad de impedir que quede un vac¨ªo ¨¦tico en el cuerpo social que lleve a la creencia de que, asegurada la impunidad, todo est¨¢ permitido. Y, evidentemente, se busca un efecto de disuasi¨®n para que las transgresiones no se reproduzcan en el futuro. Si Argentina hubiera ratificado la convenci¨®n sobre imprescriptibilidad de los cr¨ªmenes contra la humanidad, no hay duda alguna de que los miembros de las Fuerzas Armadas y de seguridad que cometieron cr¨ªmenes atroces y.aberrantes debr¨ªan rendir cuentas ante la justicia, a¨²n hoy.

Pero lo que Vargas Llosa parece ignorar tambi¨¦n es que los familiares de las v¨ªctimas y los defensores de los derechos humanos reclamamos al Gobierno argentino que cumpla con un deber fundamental de humanidad, que consiste en informar sobre la suerte corrida por los desaparecidos, a lo que aqu¨¦l se sigue negando obstinadamente, pese a que est¨¢ ampliamente probado que existe la documentaci¨®n para hacerlo.

La militancia de Vargas Llosa a favor de la impunidad de los militares violadores de los derechos humanos no es nueva: hace algo m¨¢s de diez a?os, las Fuerzas Armadas peruanas asesinaron a un grupo de ocho periodistas (masacre de Uchurajay), y Vargas Losa presidi¨® -a petici¨®n del Gobierno peruano de la ¨¦poca- un tribunal de "honor" que dictamin¨¦, contra toda evidencia, que las Fuerzas Armadas eran ajenas al hecho. Tiempo despu¨¦s, un juez valiente, tenaz y realmente honorable dej¨® acreditado en un proceso lo que ya todo el mundo, salvo Vargas Llosa, sab¨ªa: que los asesinos de los periodistas hab¨ªan sido miembros de las Fuerzas Armadas-