El Zeppelin en su laberinto
Jimmy Page & Robert PlantJimmy Page (guitarra), Robert Plant (voz), Porl Thompson (guitarra), Charlie Jones (bajo), Michael Lee (bater¨ªa), Edward Shearmur (¨®rgano) y Nigel Eaton (organillo). Palacio de los Deportes, 5 de julio. 10.000 espectadores. Precio: 3.000 pesetas.
Page y Plant han regresado de la mano a los escenarios y a todo el mundo le ha dado un vuelco al coraz¨®n pensando en los viejos buenos tiempos de Led Zeppelin. Presidida por el buen gusto, la pareja no ha desenterrado tan sagrado cap¨ªtulo de la historia del rock para dejarlo en un tuya y m¨ªa de lo m¨¢s elegante. Con No quarter, el disco que les representa en los noventa, el d¨²o recrea el particular ambiente de anta?o y hasta se le ha buscado emparentamiento con las llamadas m¨²sicas del mundo por aquello de la aportaci¨®n de m¨²sicos ¨¢rabes. Sin recabar en que el viejo repertorio zeppeliano dispone de abundantes periplos a lo oriental.
En ¨¦sas est¨¢bamos cuando cab¨ªa la pregunta: ?Qu¨¦ pueden ofrecer estos dos legendarios que no manche la tan tra¨ªda y llevada leyenda? Si el laberinto particular de Page y Plant estaba ah¨ª, el t¨¢ndem lo resolvi¨® con una salida que inevitablemente conect¨® con la vieja ¨¦pica de los setenta. El magn¨ªfico Whole lotta love en contr¨® una respuesta extraordinaria al poco de empezar. Al fin y al cabo el dirigible nunca sobrevol¨® Espa?a y no hab¨ªa por qu¨¦ negar la mejor crema a la nueva audiencia. Sabor semiac¨²stico
Luego fueron engatusando a la asistencia con el misterioso sabor semiac¨²stico, que por cierto antecede en lustros a la fiebre contempor¨¢nea del Unplugged. Gallow's pole obtuvo aqu¨ª el mejor galard¨®n. A partir de aqu¨ª se dio bienvenida al estrado a la Orquesta Municipal de Madrid como invitado especial.
A pesar de ello el clima del concierto no cedi¨® en ning¨²n momento. El rock aristocr¨¢tico de Led Zeppelin entr¨® de nuevo orgulloso en juego. Hab¨ªa un aire de majestuosidad en todo lo que sonaba esta noche. Como si efectivamente la m¨²sica zeppeliana fuera de otra galaxia, el esp¨ªritu del gran t¨®tem del rock fue invocado con todas las de la ley.
En el tramo final, In the evening, y, ya en el bis, Kashmir hicieron claudicar a un local totalmente entregado. Si no pudimos contemplar al Zeppelin en toda su cumbre, anoche al menos pudimos saborear por derecho los efluvios de aquella inolvidable trayectoria. Page y Plant tuvieron tiempo incluso para homenajear a otros legendarios: los Doors.
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