El sabor amargo y la vista usan un mismo transmisor hacia el cerebro
Descubierta una mol¨¦cula de la retina en las papilas del gusto
Las papilas de las ratas hay una prote¨ªna que juega un papel importante en la transmisi¨®n al cerebro de la sensaci¨®n de sabor amargo. Lo sorprendente es que precisamente la misma sustancia se encuentra en la retina del ojo, donde ayuda a convertir la recepci¨®n de la luz en impulsos neuronales hacia la materia gris. As¨ª se ha demostrado en un experimento hecho en EE UU que demuestra que los mecanismos internos de la sensaci¨®n del gusto tienen unas asombrosas similitudes con los de la visi¨®n.
El trabajo, realizado por Robert F. Margolskee y sus colegas del Instituto Roche de Biolog¨ªa Molecular, en Nutley (EE UU), y publicado hoy en la revista Nature, puede ser, por fin, un zarpazo sobre la hasta ahora escurridiza naturaleza de los receptores en la primera l¨ªnea, de la percepci¨®n del gusto.Si la luz llega en tres colores primarios, el gusto tiene cuatro modalidades: salado, ¨¢cido, dulce y amargo. Se considera que la percepci¨®n de salado y de ¨¢cido es sencillo: en t¨¦rminos moleculares, salado es iones de sodio, y ¨¢cido, de hidr¨®geno. Los iones, ¨¢tomos el¨¦ctricamente cargados, ejercen una influencia directa sobre las propiedades el¨¦ctricas de las c¨¦lulas sensibles a su presencia, influencia que se traslada directamente en impulsos neuronales que son electroqu¨ªmicos por naturaleza.
Pero la percepci¨®n del dulce y del amargo es m¨¢s complicada por la complejidad y variadad de las sustancias detectadas. De hecho, no se sabe nada de los receptores de las c¨¦lulas de las papilas a las que los compuestos dulces y amargos deben engancharse.
Propiedades el¨¦ctricas
Lo que se sabe, sin embargo, es que la se?al del receptor, sea el que sea, pasa al interior de las c¨¦lulas del gusto mediante unas complejas prote¨ªnas denominadas G, que se encuentran en muchos contextos de cuerpo, no s¨®lo en las c¨¦lulas sensoriales. Estas prote¨ªnas G convierten la se?al del receptor en un mensajero secundario que, en el caso del dulce, parece ser una mol¨¦cula llamada AMP. Esta mol¨¦cula altera el equilibrio bioqu¨ªmico de la c¨¦lula provocando un cambio en sus propieades el¨¦ctricas y, finalmente, una se?al neuronal.
La sensaci¨®n de sabor amargo es a¨²n m¨¢s complicada, y probablemente est¨¢ mediada por varias rutas diferentes adem¨¢s de la de la prote¨ªna G. La ¨²nica mol¨¦cula que hasta ahora se hab¨ªa identificado como espec¨ªficamente asociada al sabor amargo era un componente de la prote¨ªna G llamado gustucina, descrito por Margolskee en 1992. La gustucina es muy interesante por su similitud con la transducina, una mol¨¦cula descubierta en los ojos que convierte se?ales de los fotorreceptores de la retina en impulsos neuronales.
Ahora los investigadores han dado el paso siguiente al identificar una mol¨¦cula espec¨ªfica del gusto amargo que es id¨¦ntica -y no meramente similar- a la transducina de los ojos. Pero parece que act¨²a al contrario que en la mediaci¨®n de la sensaci¨®n de dulce, induciendo un mecanismo que disminuye la concentraci¨®n de APM en la c¨¦lula.
Copyright Nature / NYT.
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