Jos¨¦ Luis Sampedro: "La sangre es la tinta con la que uno debe escribir"
El autor de 'La sonrisa etrusca' supera una grave enfermedad
La combatividad de Jos¨¦ Luis Sampedro no se ha suavizado. A sus 78 a?os, sigue siendo objetor al AVE Madrid-Sevilla y denunciando el anacronismo del sistema capitalista. El autor, tras superar una grave endocarditis, celebra los 10 a?os de la publicaci¨®n de La sonrisa etrusca con una edici¨®n en la que expresa su agradecimiento al medio mill¨®n de lectores. "Creo que en mis libros hay algo afectivo porque est¨¢n escritos con la sangre, que es la tinta con la que uno debe escribir".
"A todas las personas que, desde hace 10 a?os, me han agradecido su emoci¨®n mientras le¨ªan La sonrisa etrusca". As¨ª comienza la dedicatoria que Jos¨¦ Luis Sampedro ha escrito en la nueva edici¨®n de Alfaguara de su novela, aquella que escribi¨® al dictado de su nieto. "Es una obra muy personal, aunque en realidad no la escrib¨ª yo, lo hizo mi nieto Miguel. ?l me iba dictando y yo iba escribiendo. Sin Miguel, yo nunca hubiera escrito este libro", recuerda Sampedro, instalado en su c¨¦ntrico ¨¢tico madrile?o. Su nieto, que tiene ahora 14 a?os, vive en Nueva York y calza un 45 de pie -"lo cual es muy americano", dice su abuelo-, no ha le¨ªdo a¨²n La sonrisa etrusca, esa novela que penetra en la piel de un abuelo cuando conoce a su nieto. "Me da la sensaci¨®n de que, a pesar de que nos llevamos muy bien no estamos todav¨ªa en esa relaci¨®n de nieto y abuelo. Hay un momento en la adolescencia de afirmaci¨®n de uno mismo y, por consiguiente, de cierto enfrenta miento con los mayores, sean quienes sean, generalmente m¨¢s duradero con los padres, pero que tambi¨¦n afecta a los abuelos".
Chispa vital
Durante a?os, Sampedro ha vivido de la econom¨ªa, concretamente de su c¨¢tedra de Estructura Econ¨®mica. Ahora, confiesa que lo mejor que le ha dado la literatura han sido las personas que ha conocido gracias a ella, "algunas definitivas en mi vida". "Escribo por necesidad y doy al lector y a m¨ª mismo todo lo que puedo. Creo que eso se nota y, aparte de las calidades intelectuales que se puedan registrar en un libro, llega como una chispa vital al lector. He sido profesor durante cerca de 30 a?os y le aseguro que cuando un profesor va a clase y da todo lo que puede, los alumnos lo recogen de una manera distinta que el mero hecho intelectual", dice Sampedro, quien cree que el ¨¦xito de La sonrisa etrusca -500.000 ejemplares vendidos y traducido a varios idiomas se debe al deseo de la gente de historias con ternura.
Lleva mucho tiempo denunciando el anacronismo del sistema capitalista y la degradaci¨®n de valores. "Cada vez tengo m¨¢s raz¨®n", dice convencido. "Este sistema capitalista occidental est¨¢ a extinguir. Ha sido excelente mucho tiempo, le debemos avances t¨¦cnicos, pero ya no tiene ideas. Ha creado unos problemas que no puede resolver, como la ecolog¨ªa o el medio ambiente. Y, adem¨¢s, el capitalismo sigue agarrado a lo mismo: que el mercado es la libertad. Y yo lo que digo es que el mercado es la libertad si uno tiene dinero, porque si no no tiene libertad ninguna. Pero esta segunda parte, que es elemental, se escarnotea".
Sobre la situaci¨®n econ¨®mica espa?ola, Sampedro reconoce que condicionamientos internos y externos dificultan el hacer otra pol¨ªtica econ¨®mica, pero no social. "A m¨ª me parece muy bien que se hagan esfuerzos para contener la inflaci¨®n, pero que no la paguen siempre los mismos porque los salarios no son el ¨²nico factor inflacionario; el gasto p¨²blico es un gasto p¨²blico inflacionario, como el que este pa¨ªs hizo en 1992. Fue un despilfarro con poca imaginaci¨®n. No me subir¨¦ jam¨¢s al AVE de Madrid a Sevilla, porque creo que el proyecto fue completamente injustificado".
El a?o pasado viaj¨® en exceso. La endocartidis sufrida, por la que estuvo ingresado tres d¨ªas de junio en la UCI de un hospital de Nueva York, y las secuelas que arrastra le han hecho bajar un escal¨®n. Ahora est¨¢ dispuesto a descansar en Madrid. Y aunque sigue apuntando notas en un min¨²sculo cuaderno que guarda en el bolsillo de una floreada camisa, confiesa que no est¨¢ lanzado a ning¨²n libro concreto. El autor de Octubre, octubre y La vieja sirena, entre otros, confiesa: "Soy realista. Creo que a los 78 a?os el horizonte vital para planear es limitado. De todas maneras, soy de los que creen que hay que vivir como si uno viviera m¨¢s".
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