La nueva ordenanza antirruido impone a las ambulancias luces prohibidas por ley
Madrid debiera perder alg¨²n que otro desquiciante ruido de sirenas a partir del pr¨®ximo viernes. La nueva ordenanza municipal de uso de sirenas y alarmas (aprobada en abril de, 1994) entra en vigor ese d¨ªa, 4 de agosto, para poner coto a las sirenas desatadas sin motivo por las calles de la capital y a las alarmas que saltan sin control de madrugada y no callan hasta que amanece. Adem¨¢s de limitar los niveles de decibelios y la duraci¨®n del sonido de las alarmas de coches y locales, la ordenanza obliga a las ambulancias a instalar unas luces de color azul y rojo (azul para cuando van a recoger al enfermo, y rojo para cuando lo llevan dentro), pese a que la ley reserva ambos colores para las fuerzas de seguridad.Por ese motivo el Insalud ha decidido hacer caso omiso de la nueva normativa y dejar sus ambulancias como est¨¢n: con la luz ¨¢mbar (igual que los bomberos). El jefe del departamento municipal de Niveles Sonoros y padre de la ordenanza hace un a?o, Pl¨¢cido Perera, explica que se est¨¢n estudiando ahora con la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico los dispositivos que se podr¨ªan instalar.Las ambulancias del Samur -servicio municipal de urgencias- cumplen el viejo adagio que atribuye cuchillos de palo a la casa de los herreros: ninguna ambulancia municipal cumple la ordenanza que aprobaron los concejales.El concejal de Sanidad, Sim¨®n Vi?als, no acaba de creerse el caos de colorines: "?Pues que me digan de qu¨¦ color quieren los destellos", se?al¨®.
Empresarios de Ambulancias
Los empresarios de ambulancias piden al alcalde que suspenda la norma de sirenas y pacte otra
A los propietarios de locales, pisos o coches con alarmas tambi¨¦n les afecta la nueva ordenanza. A partir del viernes podr¨¢n ser sancionados (hasta 25.000 pesetas) si sus aparatos se disparan durante m¨¢s de 60 segundos; y s¨®lo podr¨¢n repetir su estr¨¦pito cinco veces con intervalos de medio a un minuto de silencio entremedias.Perera no sabe cu¨¢ntas alarmas funcionan en Madrid. Pero a modo de indicaci¨®n se?ala que uno de cada cuatro pisos y nueve de cada diez comercios tienen un dispositivo de seguridad ruidoso.
Los fabricantes e instaladores de alarmas consultados por este diario afirman que los nuevos aparatos que se coloquen cumplir¨¢n la ordenanza. Perera se f¨ªa de los fabricantes y dar¨¢ por buenos los certificados que expidan.
Un portavoz de la multinacional francesa Fichet explica que su empresa ha dise?ado alarmas vers¨¢tiles y programables que pueden modificar f¨¢cilmente sus caracter¨ªsticas t¨¦cnicas. "Como no hay una ley estatal, cada ayuntamiento sale con una normativa diferente: nos vuelven locos", explica.
Para otras compa?¨ªas, la nueva ordenanza abre posibilidades comerciales. La empresa Frades ha enviado cartas a sus clientes para que se animen a pagar las 15.000 pesetas que cuesta como m¨¢ximo modificar una alarma.
El encargado de proyectos, Manuel Cort¨¦s, explica que un 20% de los clientes prefiere la alarma tradicional que no para de sonar hasta que se desconecta. Pero otro 40% exime a los vecinos del inc¨®modo ruido porque su aparato est¨¢ conectado con una central de alarmas: el ¨²ltimo grito. Tambi¨¦n, muchos piden que se les instale un aparato de pega (vac¨ªo por dentro) en el exterior del local, para disuadir a los ladrones.
Eso s¨ª, si el caco corta los cables de la alarma, ¨¦sta no para de sonar hasta que agote su bater¨ªa (dos d¨ªas) o intervenga un t¨¦cnico. Algo in¨²til en opini¨®n de los expertos, quienes consideran que despu¨¦s del primer minuto de sonido la alarma ya no es operativa: o el ladr¨®n ha huido o ya se ha llevado lo que quer¨ªa.
Mariano Gallego, de Panam Security, fabricantes de dispositivos de seguridad, explica que hay miles y miles de alarmas viejas que no se han cambiado que saltan sin motivo. Sus due?os, se enfrentan ya al riesgo de multa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.