Un homenaje a Galileo da inicio al programa del 44? Festival de Santander
En la Sala Argenta del Palacio de Festivales comenz¨® el martes el 44? Festival Internacional. El programa inaugural, a cargo de la Real Filarm¨®nica de Londres, dirigida por Ros Marb¨¢, se abri¨® con una obra del granadino Jos¨¦ Garc¨ªa Rom¨¢n, escrita en 1993 y estrenada el a?o siguiente en el festival de Alicante.
Eppur si muove viene a ser un homenaje a Galileeo y est¨¢ trazado con pulso seguro, precisi¨®n de ideas y de formas y una, no por comedida, menos evidente pasion sonora. En su espl¨¦ndida continuidad r¨ªtmica instiumental, el autor mantiene tres anchas franjas t¨ªmbricas-cuerda, vientos y percusi¨®n-, en todos los casos de gran densidad, expresi¨®n incisiva y vuelo metaf¨ªsico; me refiero a la f¨ªsica musical y no a implicaciones filos¨®ficas intraducibles al lenguaje sonoro.Como toda creaci¨®n importante, Eppur si muove vale por cuanto dice y cuanto sugiere y en los procedimientos se sit¨²a en una contemporaneidad frecuentemente violenta, pero obediente a puras concreciones musicales. Ros Marb¨¢ y la orquesta inglesa lograron una exposici¨®n de gran claridad y convincente fuerza y la mayor parte del p¨²blico acogi¨® la novedad con inter¨¦s y aplausos que recibi¨® personalmente Garc¨ªa Rom¨¢n en uni¨®n de sus grandes int¨¦rpretes. Le¨®nidas Kavakos es un violinista ateniense dominador de la t¨¦cnica y escrutador, de cuantos misterios encierran unos pentagramas como los del concierto de Sibelius; los dos movimientos iniciales parecen una prolongada cadencia, plena de lirismo y fantas¨ªa en sus tintes oscuros, que conducen a la eclosi¨®n r¨ªtmica del allegro final. M¨²sica de comienzos de siglo, debi¨® sorprender en su momento por su originalidad, como lo demuestra el hecho de que tardara una veintena de a?os en imponerse, ya para siempre, en el repertorio, como comenta en sus notas anal¨ªticas e hist¨®ricas nuestro colega granadino Jos¨¦ Antonio Cant¨®n. En el concierto, cuya parte solista se imbrica en la orquesta, la labor del director se torna de suma importancia, m¨¢s Ros Marb¨¢ supo identificarse plenamente con Kavakos, su firmeza r¨ªtmica y su c¨¢lida imaginaci¨®n, y el triunfo no se hizo esperar.
De buena ley
Lo obtuvo leg¨ªtimamente el maestro catal¨¢n en una preciosa versi¨®n de la Cuarta sinfon¨ªa de Brahms, tensa y bien estructurada. El director catal¨¢n cuenta en su haber con largas experiencias internacionales que han labrado su madurez; sin embargo, me satisface y emociona especialmente descubrir en sus versiones, como la de la Cuarta sinfon¨ªa, la reverberaci¨®n de sus emociones primeras, cuando viv¨ªa el gran sinfonismo junto al grande y efusivo Eduardo. Toldr¨¢. Como ¨¦l, Ros Marb¨¢ es artista human¨ªsimo y de buena ley, ¨ªntimo y trascendente. En resumen: una excelente jornada inaugural como signo augural para la 44? edici¨®n del festival santanderino
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