La olvidada tragedia de las v¨ªctimas coreanas
En el coraz¨®n de Hiroshima, no lejos del parque de la Paz, hay una columna erigida sobre el caparaz¨®n de una tortuga de piedra. Es el monumento dedicado a las v¨ªctimas coreanas de la bomba at¨®mica."No tuvieron funerales ni tumbas y, durante a?os, sus almas fueron errantes", puede leerse en el epitafio. Los coreanos fueron, durante mucho tiempo, los grandes olvidados, e incluso los renegados del fuego nuclear.
Seg¨²n los c¨¢lculos oficiales, hab¨ªa 50.000 coreanos en Hiroshima cuando cay¨® Little Boy: 30.000 murieron en el acto, 15.000 supervivientes volvieron a Corea y 5.000 se quedaron en Jap¨®n. De los 20.000 coreanos que estaban en Nagasaki el 9 de agosto de 1945, 9.000 murieron en el acto, 8.000 volvieron a casa y 2.000 se quedaron en Jap¨®n. Las cifras son estimativas, puesto que era dif¨ªcil contabilizar las v¨ªctimas: Corea hab¨ªa sido colonizado por Jap¨®n en 1910 y dos millones de coreanos se encontraban en el archipi¨¦lago durante la guerra. Estaban obligados a llevar nombres japoneses y muchos viv¨ªan en los dormitorios de las f¨¢bricas y arsenales.
Los coreanos atomizados sufrieron un destino doblemente cruel: no s¨®lo fueron explotados por sus colonizadores, sino que fueron v¨ªctimas de la radiaci¨®n en el territorio de sus agresores. Y su calvario no acab¨® ah¨ª. Cuando regresaron a Corea, sus conciudadanos los ignoraron por completo. La bomba hab¨ªa liberado a Corea del yugo nip¨®n, y a los atomizados se les consider¨® como projaponeses, adem¨¢s de contaminados. Las propias v¨ªctimas optaron por esconderse.
Los "atomizados del valle"
El Gobierno surcoreano no quiso saber nada de estas v¨ªctimas durante mucho tiempo. Su existencia se convirti¨® en una cuesti¨®n pol¨ªtica tras la detenci¨®n en 1970 de Song Jinhoo, que hab¨ªa viajado clandestinamente a Jap¨®n para intentar curarse. Se empez¨® a hablar entonces de los atomizados del valle, es decir, aquellos que estaban m¨¢s abajo, a los que se ignoraba.En 1978, la Corte Suprema dictamin¨® en favor de Song y decidi¨® que todas las v¨ªctimas deb¨ªan ser tratadas sobre una base de igualdad: tanto los coreanos residentes en Jap¨®n como los que volvieron.
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