"La sangre llenaba mi boca"
?ste es el testimonio de una superviviente de Hiroshima, Teako Teramae:"La bomba hizo de m¨ª, en un instante, una inv¨¢lida. Trozo s de cristal se incrustaron en mi cara y perd¨ª el ojo izquierdo. En el momento de la explosi¨®n trabajaba en la central telef¨®nica de Hiroshima, a 500 metros del epicentro".
"Se oy¨® un ruido espantoso y se hizo una oscuridad total. Yo me encontr¨¦ atrapada, sin poder mover ninguna parte de mi cuerpo. El edificio empezaba a desmoronarse y un olor nauseabundo volvi¨® el aire irrespirable. Vomit¨¦. El polvo. me entraba por los ojos y la boca".
"Entre el estr¨¦pito creciente de los escombros que ca¨ªan se o¨ªan gritos de socorro: 'Mam¨¢, ?ay¨²damel ?Ay¨²dame, estoy herida!'. Not¨¦ algo viscoso en la boca. Despu¨¦s me di cuenta ole que toda mi ropa estaba mojada, Hoy s¨¦ que la sangre de mis heridas llenaba mi ropa y hab¨ªa penetrado en mi boca. Luch¨¦ encarnizadamente por salir de donde estaba, y finalmente, a tientas, consegu¨ª alcanzar la escalera. All¨ª encontr¨¦ una multitud de cad¨¢veres entremezclados. La gente vagaba, con la piel quemada, hecha jirones. Algunos se, tiraron al r¨ªo".
"Fue entonces cuando mi cara empez¨® a hincharse. Al poco tiempo no pude ver nada. Me invadi¨® el terror. Despu¨¦s lleg¨® mi profesora y sent¨ª una inmensa tranquilidad. Me condujo a un puesto de socorro. El trayecto fue terrible, plagado de escenas infernales, y gritos de '?Socorro, mam¨¢!; '?me duele!';'?agua!".
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