Intensa b¨²squeda de los terroristas en los alrededores de Vitoria
El Renault 5 amarillo en el que viajaba el comando de ETA que perpetr¨® el atentado de Arnedo fue encontrado por agentes de la Guardia Civil a las siete de la ma?ana de ayer en la localidad alavesa de Martioda, a 15 kil¨®metros de Vitoria. Hab¨ªa sido robado a punta de pistola en las afueras de Calahorra a una familia catalana compuesta por un matrimonio y una ni?a. La b¨²squeda de los terroristas continuaba anoche en la zona.Desde ese momento, justo cuando despuntaba el sol, la sierra de Badaya -poco m¨¢s de seis peque?os pueblos de los alrededores del aeropuerto de Foronda rodeados por campos de cultivo- pas¨® a estar controlada por tres secciones de la Guardia Civil. Unos 80 agentes establecieron filtros en los accesos a Hueto Arriba, Hueto Abajo, Legarra, Mendoza, Mandojana y Martioda.
El coche robado por los terroristas ten¨ªa manchas de sangre en un asiento delantero y, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, hab¨ªa sido abandonado por los tres miembros del comando poco despu¨¦s de las 5.30 de a madrugada.
Los integrantes del comando dispusieron de carreteras libres durante m¨¢s de una hora para huir de la zona. "No se trata de una persecuci¨®n", aclar¨® V¨ªctor Garc¨ªa, delegado del Gobierno en el Pa¨ªs. Vasco en funciones y gobernador civil de ?lava, "sino que estamos vigilando la zona para evitar que salgan si es que est¨¢n ah¨ª".
Controles
A mediod¨ªa, los pueblos de la sierra estaban desiertos bajo el sol de agosto y los escasos veh¨ªculos que circulaban por las carreteras comarcales eran detenidos en los controles instalados en los cruces. "Ya se ha calmado", explicaba una vecina de Martioda. "El movimiento de guardias civiles y helic¨®pteros ha sido fuerte a primera hora de la ma?ana cuando han encontrado el coche".El cerco policial se fue cerrando a medida que pasaba la tarde en tomo a la parte m¨¢s baja de las laderas de Badaya. Efectivos de la Guardia Civil centraron sus esfuerzos en la localidad de Legarra, donde iniciaron un registro casa por casa mientras los helic¨®pteros sobrevolaban la comarca. Diez horas despu¨¦s de iniciado el rastreo, las posibilidades de detener al comando en la zona se habian reducido considerablemente.
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