El 'comando' etarra burla el cerco y vuelve a su guarida en Guip¨²zcoa

El comando Donosti de ETA ha vuelto a su guarida. Desde que el pasado jueves sus integrantes intentaron volar la casa cuartel de Arnedo (La Rioja), no han tenido descanso. Despu¨¦s de seis d¨ªas de una accidentada huida y de intensa b¨²squeda por parte de la Guardia Civil y de la Ertzaintza, sus tres miembros se dejaron ver el martes, a punta de pistola, en una caravana en la localidad alavesa de Otazu, a 15 kil¨®metros al sureste de la sierra de Badaya.

El etarra Jos¨¦ Francisco Segurola enca?onaba a un vecino de Vitoria y a su esposa para que les trasladara con su coche hasta el coraz¨®n de Guip¨²zcoa, Andoain, casi al mismo tiempo que el director general de la Guardia Civil, Ferr¨¢n Cardenal, supervisaba el cerco policial de la sierra.El matrimonio not¨® que la puerta de la caravana estaba forzada, pero no les extra?¨® demasiado, ya les hab¨ªan robado otras veces. Al abrir la portezuela, Ignacio Ibarrondo, director del Banco de Vasconia, de Vitoria, y su esposa, se dieron un susto de muerte. Hab¨ªan comentado m¨¢s de una vez la operaci¨®n policial contra el comando Donosti en la sierra de Badaya, pero jam¨¢s se imaginaron que los iban a conocer. De la oscuridad de la caravana, asom¨® el ca?¨®n de una pistola.

"Les apuntaron con una pistola grande y dos peque?a?, explica un familiar suyo. Los tres integrantes del comando, uno de ellos con numerosas heridas y rasgu?os en la cara, les invitaron a entrar. Eran aproximadamente las 18.00 del martes, poco m¨¢s o menos la misma hora en la que alguna emisora de radio transmit¨ªa en directo las declaraciones del director general de la Guardia Civil, Ferr¨¢n Cardenal, a 15 kil¨®metros de all¨ª, en el cerco de Badaya.

El miedo y la tensi¨®n ganaban. en densidad en un espacio oscuro como la caravana, de unos 10 metros cuadrados, en el que cinco personas convivieron durante al menos una hora. Durante ese tiempo los terroristas les explicaron la situaci¨®n y se mantuvieron a la escucha permanente de la radio. Tras las oportunas ¨®rdenes, Ibarrondo se sent¨® al volante de su coche junto a dos terroristas. El que ten¨ªa la Cara herida se introdujo en el maletero y abandonaron a la mujer en la finca.

La zona que rodea al caser¨®n que tomaron como escondite era perfecto. Dispon¨ªan de un r¨ªo hundido en el terreno unos dos metros, y en la parte de atr¨¢s de la casa hay una puerta abierta que da acceso a un s¨®tano oscuro y lleno de herramientas. La casa, alejada del pueblo de Otazu. unos 300 metros, era visitada por los propietarios, tres hermanos y sus familiares, cada dos d¨ªas. Adem¨¢s, ten¨ªan una caravana con agua potable, camas y dos radios que les ha permitido sobrevivir en la zona los seis d¨ªas. Su dieta alimenticia se bas¨® en moras y membrillos.

"Estamos en condiciones de confirmar casi al 100% que los huidos son los terroristas que atentaron contra la casa cuartel de Arnedo", dijo el gobernador civil de ?lava, V¨ªctor Garc¨ªa, poco despu¨¦s de las 14.00 de ayer a la puerta del centro de coordinaci¨®n de la Operaci¨®n Badaya, en el cuartel de Sansomendi.Tras el atentado frustrado contra la casa cuartel de Arnedo, los terroristas tuvieron un accidente en el que al menos uno sufri¨® heridas leves, aunque la sangre era abundante. La situaci¨®n se complic¨® cuando acudi¨® una patrulla de la Polic¨ªa Municipal. Les esposaron y huyeron de nuevo, camino de Calahorra con el coche patrulla.

En esa localidad, robaron a punta de pistola el R-5 amarillo que fue avistado y perdido por la Ertzaintza en las cercan¨ªas de Vitoria. En el coche, encontrado 90 minutos despu¨¦s en las pr¨®ximidades de la sierra Badaya, hab¨ªa abundantes rastros de dos tipos de sangre. La Guardia Civil levant¨®, de manera casi inmediata, el muro de agentes que comenz¨® el rastreo de la sierra, palmo a palmo, hasta ayer.

Sin embargo, se trataba de una pista falsa. Los terroristas, con diversas heridas, aunque leves, se vieron obligados a frenar y localizar la operaci¨®n policial en Vitoria, posiblemente para evitar que una vez identificados como miembros del comando Donosti, les cerraran el paso al ¨¢rea de Guip¨²zcoa y, de ah¨ª, a Francia. El coche amarillo fue trasladado a las estribaciones de Badaya por un apoyo exterior, mientras el, comando, libre de presi¨®n, buscaba acomodo en la zona opuesta.