El car¨¢cter
Escart¨ªn debe ser una realidad a los 27 a?os
"Si te digo lo que pienso de la Vuelta... Ahora mismo pienso que no la terminar¨ªa". Fernando Escart¨ªn no las ten¨ªa todas consigo a mediados del Tour. Sufr¨ªa del s¨ªndrome del agotamiento y de odio a la bicicleta que asol¨® a todos los participantes. Y poco m¨¢s de un mes despu¨¦s, ah¨ª est¨¢, posando como favorito para la Vuelta. Intenando conquistar el coraz¨®n espa?ol de unos aficionados dispuestos a todo.Juan Fern¨¢ndez, el director de Escart¨ªn en el Mapei, es un maestro en eso de la quiebra y la esgrima, Le gustan las caretas y a capa de torear. "Tengo res l¨ªderes te¨®ricos: Escar¨ªn, Olano y Della Santa", dice Fern¨¢ndez. "La propia carrera dir¨¢ qui¨¦n es el pr¨¢ctico. De entrada no quiero decidirme hasta la contrarreloj de Salamanca [s¨¦ptima etapa, 40 kil¨®metros] a menos que la carrera me exija un sacrificio en los primeros d¨ªas".
La ambig¨¹edad le encanta al director de Rominger. Parece respirar tranquilo cuando nadie le dice que su corredor es favorito para algo. Prefiere" dar ese orgullo a los rivales. "Los m¨ªos pueden tener opciones de ganar", dice. "Pero el m¨¢ximo favorito es Z¨¹lle, es el ¨²nico que sabe c¨®mo tiene que hacerlo para ganar. Tiene as experiencia que nadie.
Es el corredor m¨¢s cotizado. Y por fin la Vuelta se presenta abierta para ¨¦l, la onda carece de un gran l¨ªder que pueda quit¨¢rsela a Z¨¹lle".El director del Mapei acepta, por lo menos, que su equipo tiene algo que decir en la Vuelta. La maiobra de despiste no guantar¨ªa lo contrario. Y si se le presiona un poco, Fern¨¢ndez habla de su corredor aragon¨¦s. "Escarnt¨ªn", dice, "debe ser una calidad ya. Ha llegado el momento en que necesita una gran victoria. La seguridad pasmosa que tiene entro ya la ha demostrado en el Tour, donde acab¨® entre los 10 primeros".
El mayor reproche que le hac¨ªa a Escart¨ªn era que le faltaba algo para ganar. Siempre estaba ah¨ª pero no remataba. Su director cree que eso est¨¢ a unto de acabar, que terminar¨¢ por ser una etiqueta m¨¢s. "Escart¨ªn va corriendo ya car¨¢cter de l¨ªder", dice Fern¨¢ndez. Despu¨¦s del Tour se ha dado cuenta de lo que vale sabe que va a tener un gran equipo apoy¨¢ndole".Una serie de corredores acostumbrada a sacrificarse por un l¨ªder indiscutible que tambi¨¦n tendr¨¢ que pensar en su sprinter, Adriano Baffi.La idea del cara a cara Mapei-ONCE tambi¨¦n la abona el t¨¦cnico granadino. Otra vez el car¨¢cter oto?al de la Vuelta parece decisivo en los c¨¢lculos de alguien. "No creo que los extranjeros, o sea, los corredores de equipos extranjeros, tengan una gran mentalidad para aguantar la Vuelta", explica. "Al final, la carne en el asador la pondr¨¢n los corredores espa?oles. Como en una victoria espa?ola. No creo que sea ¨¦ste el ano en que se rompa la tacha de los equipos espa?oles".
As¨ª es Juan Fern¨¢ndez, el director que se ha llevado las tres ¨²ltimas Vueltas de la mano de Tony Rominger y que, ni siquiera en los momentos de apogeo del suizo, era capaz de decir claramente que su corredor era el favorito. Con eso cuenta Fernando Escart¨ªn, no s¨®lo con su sabidur¨ªa, sino con su forma de lidiar los entresijos y pasillos de una carrera que nunca termina sin necesidad de alianzas. Juan Fern¨¢ndez sabe ganar Vueltas.
El oscense tenaz
A Fernando Escart¨ªn es f¨¢cil distinguirle. Siempre por deliante cuando la carretera se empina, siempre encorvado hasta el Casi imposible sobre la bicicleta y casi siempre nurando de reojo a Tony Rominger, su jefe. Es el que siempre est¨¢ ah¨ª, aunque apenas le recordemos vestido de l¨ªder.Este a?o, cuando ya ha cumplido los 27, las cosas han empezado a cambiar para el corredor de Biescas. En su porte y en su mirada ya no se adivina s¨®lo al trabajador por cuenta ajena. En su cabeza ha empezado a colarse, insolente, la idea del liderato. No quiere que le abandonen las sensaciones que tuvo tras ganar la Vuelta a Arag¨®n y los Valles Alineros, las dos carreras ganadas esta primavera. Ni tampoco lo que sinti¨® en los ¨²ltimos d¨ªas del Tour. Fue poderoso en la monta?a y en la contrarreloj.
Pero quiz¨¢s el deseo no sea suficiente para hacer de alguien un ganador
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