Transparencia
Ballet V¨ªctor UllateTierra madre: Eduardo Lao / Persen;Volar hacia la luz: V¨ªctor Ullate / Maurice Ravel; Arraigo: V. Ullate Jer¨®nimo Maesso; Simun: V. Ullate/ Dimitri Shostakovich. Teatro de Madrid La Vaguada. 29 de agosto.
La pluralidad es uno de los signos del ballet actual", y Ullate apunta a esa modalidad, que tiene riesgo pero enriquece a todos: artistas, p¨²blico y creadores, y que es quiz¨¢, con mucho, el perfil de compa?¨ªa y criterios de repertorio que la realidad espa?ola de las artes esc¨¦nicas necesita.
El segundo programa en La Vaguada (que ser¨¢ prorrogado hasta el d¨ªa 16 de septiembre) se compone de varias reposiciones y de un estreno absoluto: Volar hacia la luz, paso a dos que es en realidad un ballet en toda regla, tal como en la distancia pudo ser el Romeo y Julieta (Berlioz) de Skibine o el Aubade (Poule?c) concebidos por Lifar en los cuarenta.
De las reposiciones hay que se?alar que Tierra madre sigue siendo el mejor trabajo de Lao, a¨²n con su cercan¨ªa al vocabulario escolar holand¨¦s tanto en el contenido como en el continente del dise?ador Keso Dekker, y que sirvi¨® esta vez para ver debutar a los nuevos elementos masculinos de la compa?¨ªa, j¨®venes pujantes, con t¨¦cnica y br¨ªo que demuestran la renovaci¨®n constante del oficio.
Simun es el Ullate terrenal y meditativo. La obra ha sido mejorada en su estructura con los silencios coreografiados que enlazan los diferentes brani. El paso a dos de Arraigo sigue siendo un modelo de catalizaci¨®n contempor¨¢nea de lo espa?ol, y Mar¨ªa Jim¨¦nez borda cada vez mejor su variaci¨®n con acentos raciales muy estilizados.
Contra la muerte
El nuevo ballet Volar hacia la luz deja un complejo sabor de boca donde est¨¢n el ac¨ªbar y la miel. Es una obra densa e intensa, dura de bailar, que Tamara Rojo y Carlos L¨®pez abordan con entrega total, puestos en una tesitura de interpretaci¨®n muy elevada para su juventud y experiencia. Logra la pareja, cada vez m¨¢s compenetrada, sacar adelante la idea del core¨®grafo: una lucha l¨ªrica contra la muerte, usando las armas que brinda el baile.Conmueve no s¨®lo el argumento, sugerido en la m¨ªmica, sino el todo est¨¦tico conseguido. Tras un fallo inicial con las luces, la pieza dej¨® por fin una estela de fuerte impresi¨®n y de belleza desgarrada. La energ¨ªa del baile parte de los apuntes que Ullate coloca como citas literarias de los pas de deux cl¨¢sicos, descomponi¨¦ndolos a voluntad y haciendo crecer ese duelo entre lo que se escapa y se queda en la memoria, una lucha donde hubo lugar para recordar la infancia, el humor, el amor y esa huida metaf¨®rica a la paz.
El resultado de Volar es como una transparencia, una pintura sincera que levant¨® al p¨²blico de sus butacas. El m¨¦rito se repart¨ªa desde el creador hasta los int¨¦rpretes y el ajustado dise?o de las luces. Si para los bailarines es un paso cualitativo en lo dramat¨²rgico, para Ullate lo es en el sentido estrictamente coreogr¨¢fico, y donde el adjetivo valiente no es un exceso.
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