Una batalla de verdad
Ayer: estaba muy contento porque hab¨ªa renovado con el Banesto por dos a?os y para celebrarlo, voy y me cojo una gran p¨¢jara. A partir de los puertos, por la situaci¨®n de la carrera y porque empezaba a chispear, he ido m¨¢s pendiente de la carretera y de los movimientos nerviosos de la gente que de cuidarme. No he comido lo suficiente y en los 20 ¨²ltimos kil¨®metros he visto que me fallaban las fuerzas. En las calles de Oviedo ya perd¨ªa contacto con el pelot¨®n y he subido el Naranco m¨¢s que medio muerto. S¨®lo pensaba en comer lo que fuera una vez llegado arriba' Iba con un pajar¨®n grand¨ªsimo. Son cosas del oficio. En los dos ¨²ltimos kil¨®metros me quedaban un par de pastelillos y no me ha quedado m¨¢s remedio que comerlos en `plena subida. No sab¨ªa ni lo que hac¨ªa. S6n cosas que pasan y no me ir¨¦ abajo. Debo tener la cabeza bastante centrada y tener cuidado de que no se me baje la moral.L
a etapa ha sido muy r¨¢pida desde la salida, con continuos ataques desde Torrelavega hasta Llanes en un recorrido muy sinuoso, rompepiernas. Los corredores no hemos cedido en los ataques. Todos quer¨ªamos aprovechar a ver si entr¨¢bamos en el corte bueno para que se produjera la fuga, pero no hubo forma de que saliera.
Otra vez nos han sorprendido los ONCE. Se les ve¨ªa bien pero todos pensamos que alg¨²n d¨ªa tienen que fallar. Pero de momento tienen buena condici¨®n. Verle ganar a Jalabert da respeto, sobre todo a sus m¨¢s directos rivales. Todos piensan que va a tope desde febrero y verle mantener el nivel es para llegar a tenerle miedo.
Pienso que el ganador de la Vuelta estar¨¢ entre los tres hombres que han ocupado las primeras posiciones. La verdad es que se les ve con una gran autoridad. Aunque no hay que olvidarse de gente como Riis o Ugrurnov. Es pronto para predecir, pero viendo c¨®mo van las cosas, la demostraci¨®n de Jalabert es para temerle.
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