"Unos hablan de movilizar y otros hacemos las movilizaciones"
Comisiones Obreras vive un complicado proceso precongresual que se prolongar¨¢ hasta enero. Se trata del ¨²ltimo mandato de Antonio Guti¨¦rrez y ello ha reavivado los intentos por controlar el sindicato, desde fuera y desde dentro. Guti¨¦rrez no quiere entrar en descalificaciones, pero recuerda al sector encabezado por Agust¨ªn Moreno que sus propuestas han sido rechazadas en el consejo confederal por una amplia mayor¨ªa.Pregunta. ?El jefe de la oposici¨®n de CC OO seguir¨¢ siendo su vicepresidente?
Respuesta. No creo que sea bueno, ni para el sindicato ni para las personas, tener estas confusiones. No se puede ser oposici¨®n neta y pretender la gesti¨®n cotidiana de una pol¨ªtica sindical que no se comparte. Esto conduce a esquizofrenias personales y, lo que es m¨¢s grave para el sindicato, a una permanente confusi¨®n en las propuestas que hagamos y en la manera de resolver los problemas de los trabajadores. Pero que quede bien claro que la ejecutiva ser¨¢ plural y respetuosa con la democracia congresual.
P. Entonces, quien gane el congreso gobernar¨¢ el sindicato, ?no habr¨¢ un pacto con la oposici¨®n como hace cuatro a?os?
R. En este congreso las diferencias son dif¨ªcilmente sintetizables. Los propios compa?eros han expresado que para ellos estas diferencias son suficientes para presentar una candidatura alternativa a la direcci¨®n. Son ellos quienes nos est¨¢n diciendo que no quieren la s¨ªntesis, que prefieren esta confrontaci¨®n de ideas y de candidaturas.
P. En este congreso se enfrentan dos modelos: uno reivindica la historia y el otro mira hacia el a?o 2000.
R. La minor¨ªa mira al pasado de manera muy sesgada, porque en este mandato congresual CC OO ha estado a la cabeza de las movilizaciones, hemos hecho dos huelgas generales y hemos aumentado la afiliaci¨®n y nuestra representatividad en las elecciones sindicales. Las propuestas que se presentan ni siquiera formaban parte de la cultura del sindicato en la clandestinidad: esta especie de temor hacia nosotros mismos, de considerar que el sindicato es un caldo de cultivo de burocracias y perversidades; o improvisar la manera de entender las responsabilidades pol¨ªticas en la confederaci¨®n, invent¨¢ndose el refer¨¦ndum de la afiliaci¨®n. Son propuestas que no s¨¦ a d¨®nde van. S¨ª s¨¦ que CC OO en este mandato, que coincide con el fin del siglo y del milenio, debe ser un sindicato que est¨¦ a la cabeza de la denuncia de las injusticias sociales y laborales, pero que tambi¨¦n est¨¦ a la cabeza de proponer soluciones; que sea coherente entre su discurso solidario y una pr¨¢ctica que no sirva de cobijo a viejos corporativismos.
P. ?Las dos posturas ante la Uni¨®n Europea se han convertido en un s¨ªmbolo del debate?
R. Francamente me sorprende que, despu¨¦s de que en CC OOO dimos un s¨ª cr¨ªtico al Tratado de Maastricht con una sola abstenci¨®n, tras el cambio de posici¨®n en IU se reabra el debate en el sindicato. No s¨¦ si hay diferencias sustanciales o el inter¨¦s de buscar un bander¨ªn que arrope las discrepancias.
P. ?Tiene pruebas de la injerencia de IU en el proceso congresual de CC OO?
R. Nunca he acusado a nadie de injerencia en CC OO ni me inquieta que la pueda haber. Pero s¨ª digo que aqu¨¦llos que crean que en CC OO se pueden utilizar estilos conspirativos est¨¢n fuera de ¨¦poca y no cosechar¨¢n m¨¢s que fracasos.
P. ?La oposici¨®n de CC OO tiene apoyo externo?
R. Si lo tiene es leg¨ªtimo. Lo que me produce cierta sonrisa es que alguien quiera negar desde fuera que apoya a determinadas personas y propuestas de CC OO. Ser¨¢ que tiene algo que esconder, algo de lo que se averg¨¹enza.
P. ?Entonces no le preocupa que Julio Anguita haya alentado a los militantes del PCE a trabajar en los sindicatos?
R. No me preocupa en absoluto. A quienes les debe inquietar es a aquellas personas que, como yo, han fraguado las relaciones partido-sindicato, algo que ten¨ªamos a gala. Con algunas consignas y estas nuevas formas de inducir a la militancia partidaria en el seno de CC OO se tiran por la borda muchos a?os de buen entendimiento entre los sindicatos y los partidos pol¨ªticos.
P. Tambi¨¦n ha dicho Anguita que movilizar no es competencia exclusiva de los sindicatos.
R. Tiene toda la raz¨®n del mundo. Lo que pasa es que unos hablan de movilizar y otros hacemos las movilizaciones. Ya me gustar¨ªa a m¨ª, por ejemplo, que en todo el asunto de la corrupci¨®n, en lugar de producirse un debate entre los dirigentes pol¨ªticos y en los peri¨®dicos, hubiese sido una cuesti¨®n de masas. Como fue en Brasil, donde Lula y su partido se pusieron al frente de millones de ciudadanos y luchando contra la corrupci¨®n consiguieron la ca¨ªda de Collor de Melo. En una de esas movilizaciones, sensatamente llevada, me habr¨ªa gustado ir entre el gent¨ªo reclamando m¨¢s ¨¦tica en la vida p¨²blica. Pero no se ha hecho.
P. Dice que no le preocupan las injerencias, pero en Andaluc¨ªa hay movimientos claros para desestabilizar el sindicato.
R. S¨ª, es notorio y p¨²blico y nadie lo ha desmentido. No me inquieta porque, cuanto m¨¢s burdas han sido algunas conductas, que quiero atribuir a iniciativas personales y no a IU como organizaci¨®n, m¨¢s rechazo han encontrado entre la afiliaci¨®n de Comisiones Obreras, incluida aquella que simpatiza con algunos dirigentes pol¨ªticos.
P. ?Marcelino Camacho puede seguir siendo el presidente de todas las CC OO despu¨¦s de haber tomado una posici¨®n tan clara en esta batalla?
R. No tengo ninguna objeci¨®n a que Marcelino siga siendo presidente. Solamente puedo decir que si me pusiera en su lugar no podr¨ªa olvidar que en los estatutos dice claramente que el presidente simboliza la unidad y en la pr¨¢ctica est¨¢ promoviendo la divisi¨®n. Marcelino, como cualquier militante, tiene todos los derechos a promover candidaturas y posiciones alternativas, pero tambi¨¦n tiene deberes que respetar.
P. ?Prev¨¦ una batalla muy dura hasta el congreso de enero?
R. Cada vez que una organizaci¨®n de la izquierda se ha ensimismado con disputas internas, ha terminado perdiendo poder en la sociedad. Espero que CC OO no sea un nuevo dato en el ambiente de crispaci¨®n, una organizaci¨®n m¨¢s que se convierte en una jaula de grillos.
P. ?Sigue pensando que las elecciones deben adelantarse?
R. Tras los ¨²ltimos acontecimientos, el presidente del Gobierno est¨¢ ante su propio espejo. No quer¨ªa dar la sensaci¨®n de aferrarse al poder ni por un minuto y mal que le pese est¨¢ dando esa sensaci¨®n: que quiere mantenerse en el poder a toda costa. Lo que deber¨ªa hacer es convocar elecciones cuanto antes, es lo bueno para el pa¨ªs. Tengo ganas de decir una cosa, aunque no pretendo descalificar a nadie: los dirigentes pol¨ªticos europeos no anuncian lo que est¨¢n pensando acerca de su propio porvenir, sino que anuncian decisiones. No convierten sus dudas en otro ingrediente m¨¢s de la incertidumbre pol¨ªtica de sus pa¨ªses. Bastante complicado est¨¢ el panorama pol¨ªtico para que se est¨¦ deshojando la margarita de si Felipe se presenta o se deja de presentar.
P. ?Cree que se debe presentar?
R. S¨®lo le corresponde a ¨¦l decidirlo y comunic¨¢rselo al pa¨ªs y a su partido.
P. ?Y qu¨¦ le parece que en un momento as¨ª el Gobierno aborde una reconversi¨®n tan dura como la del naval?
R. Igual que me parece un desatino que Chaves dijera que esto se lo dejen al PP, tampoco puedo decir que por razones pol¨ªticas no aborden la reconversi¨®n. Yo no objeto el momento en que lo presentan, sino el plan de reconversi¨®n. Es torpe e injustificable.
P. ?Cree que la inestabilidad pol¨ªtica est¨¢ afectando a la marcha de la econom¨ªa?
R. Creo que la est¨¢ afectando, pero tambi¨¦n est¨¢ siendo utilizada como coartada por algunos empresarios para no reinvertir a tiempo los cuantiosos beneficios que han obtenido. La inestabilidad les ha permitido ganar mucho dinero y la misma situaci¨®n pol¨ªtica les deber¨ªa conducir a tener un poco m¨¢s de corresponsabilidad con este pa¨ªs.
P. ?Cree que la celebraci¨®n de elecciones va a serenar las cosas o va a continuar la din¨¢mica del todo vale?
R. Ser¨ªa un fraude si la exigencia de responsabilidades y la clarificaci¨®n de las tramas del GAL se paralizan con un simple cambio de gobierno. Eso abonar¨ªa la tesis de que ha sido un montaje. Es necesario que, con elecciones o sin ellas, esto se aclare hasta el final. El otro aspecto que a m¨ª me preocupa es el avance de la antipol¨ªtica. Como se abunde mucho en el todo vale, pueden volver a alimentarse en este pa¨ªs expresiones antidemocr¨¢ticas.
P. ?Sabe ya a qu¨¦ se va a dedicar cuando deje de ser secretario general?
R. No lo s¨¦. Si empezara a pensar en mi dedicaci¨®n posterior, debilitar¨ªa mi tarea. Y durante estos cuatro a?os no voy a estar de manera provisional, voy a estar a tope y tratando de culminar la consolidaci¨®n de un proyecto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.