"Utilizo la pintura a bofetadas"
Lleva el pelo rapado al cero y se empe?a en llamar a la gente de usted. El pintor Ant¨®n Lamazares (Pontevedra 1954) siempre mira los zapatos de la gente. Y no es casualidad que el dolor de pies y el desgaste del calzado del peregrino se reflejen en su obra. Desaz¨®n de vagabundos, su ¨²ltimo trabajo, su particular visi¨®n del Camino de Santiago, se expone desde el jueves en la galer¨ªa Gamarra de Madrid.Son 14 piezas de gran formato y est¨¢n realizadas a base de cart¨®n, madera y clavos. En ellas se ven viajeros que comen callos peregrinos, disfrutando de noches de lujuria en medio de una nube de burbujas y sedas, cielos estrellados y vidrieras de colores. "Una de las caracter¨ªsticas del arte moderno es buscar un sentido espiritual y tratar de pintar lo imposible. Yo trato de reflejar las emociones, la ansiedad y hasta el dolor de cabeza", asegura el pintor, quien asegura que utiliza "la pintura a bofetadas".
Fue un cuadro que Lamazares vio en el Museo del Prado cuando todav¨ªa era un ni?o el que inspir¨® su ¨²ltimo trabajo. Descanso en la huida a Egipto, del pintor Joachim Patinir (Dinant 1480-1524), sirvi¨® como punto de partida de las obras que ahora se exponen: "Representa el viaje de gente humilde buscando salidas vitales. El motivo pict¨®rico es la luz materializada por medio de los barnices que los flamencos lo han utilizado del modo que a m¨ª me agrada".
Lamazares no ha recorrido el Camino de Santiago y de hacerlo lo har¨ªa, al rev¨¦s: "Saldr¨ªa de Santiago de Compostela para llegar a Jerusal¨¦n", dice. Desaz¨®n de vagabundos, su trabajo de los dos ¨²ltimos a?os realizado en su taller entre las localidades de Pinto y Valdemoro, "es un estado, lo mismo que la V¨ªa L¨¢ctea". El artista justifica la elecci¨®n de figuras universales como la del vagabundo o del peregrino como protagonista de este trabajo, porque son personas que no est¨¢n contentas consigo mismas y que buscan otra realidad. "Eso significa un estado de conocimiento, de inquietud y de ansiedad con el que me identifico mentalmente. El vagabundo y el peregrino son dos caras del hombre contempor¨¢neo y yo quiero expresar sus sensaciones. Mi trabajo siempre tiene una vertiente religiosa y para m¨ª, que soy gallego del interior, Santiago es una referencia universal. No en vano el cr¨ªtico Santiago Am¨®n me dec¨ªa que hacia un arte jacobeo".
Lamazares, que inici¨® su carrera en 1974, reconoce que su pintura est¨¢ cargada de sus vivencias. Y como ejemplo cita un viaje que realiz¨® con unos amigos a la ermita de San Baudilio, en la provincia de Burgos. El paisaje nevado en medio de un campo de girasoles muertos le caus¨® tal emoci¨®n que ahora est¨¢ reflejado en una de sus obras. De su paso por Par¨ªs y sus visitas a Notre Dame quedan tambi¨¦n en otro, oro y vitrales.
El pintor, que ha participado desde los a?os 80 en las sucesivas ediciones de Arco y que ha sido reconocido por la cr¨ªtica como uno de los valores del momento, protesta porque los asuntos contemplativos han pasado de ¨¦poca. No entiende que la gente no se siente a descansar para leer un poema. "Yo lucho porque mis obras tengan dos cualidades: que haya silencio y que sea intemporal", argumenta al tiempo que reniega de los criterios establecidos como universales por los cr¨ªticos y de la tendencia a la copia por parte de la gente que est¨¢ en los campos creativos. "S¨®lo una vez particip¨¦ en la selecci¨®n de 600 obras de autores j¨®venes. Recuerdo que todas las piezas que yo valor¨¦ al m¨¢ximo no pasaron la selecci¨®n".
Tambi¨¦n reniega Lamazares de los mecenas del siglo XX. "Todo fachada", dice al referirse a bancos, instituciones y fundaciones. "Los M¨¦dicis arruinaron Florencia para poder pagar el trabajo de sus artistas. Ninguno de estos se?ores del siglo XX se arruinar¨¢ para defender el arte". ?l cree que ahora se consume mucho arte porque desgrava y que los pintores sobreviven porque los coleccionistas y las familias de los artistas compran sus obras. ?Y qui¨¦nes son los coleccionistas? "Aquellos que, se compran el Modigliani antes que la casa".
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