Cursi melodrama rural

Durante una irregular carrera que se retuerce a lo largo de 40 a?os, el mexicano Alfonso Arau llega a ser un mediocre actor secundario de producciones tanto mexicanas como norteamericanas, a pesar de que algunas est¨¢n dirigidas por nombres tan conocidos como Sam Peckinpah o Robert Zemeckis. Desde mediados de los a?os sesenta tambi¨¦n desarrolla una carrera paralela como realizador, con t¨ªtulos tan desiguales como Calzonc¨ªn inspector (1973) o la famosa Mojado power (1979).Tras este desigual periplo, en 1991 Alfonso Arau rueda Como agua para chocolate, basada en la novela hom¨®nima de su entonces mujer Laura Esquivel, que tambi¨¦n escribe el gui¨®n. Y por motivos dif¨ªciles de explicar se convierte, en una versi¨®n bastante m¨¢s corta que la original, en un gran ¨¦xito de p¨²blico tanto en Europa, como sobre todo en Estados Unidos.

Esto le da plena libertad para hacer su siguiente pel¨ªcula, Un paseo por las nubes, directamente rodada en ingl¨¦s y con un amplio presupuesto, que tampoco se ve mucho en la pantalla. Lo curioso es que decide hacer una nueva versi¨®n de Cuatro pasos por las nubes (1942), una interesante comedia de costumbres con la que el director Alessandro Blasetti, sobre un gui¨®n donde est¨¢ muy clara la mano de Cesare Zavattini, sienta las bases del movimiento neorrealista en plena II Guerra Mundial, al final del denominado ventennio nero, la etapa fascista.

Si Alfonso Arau no era el director apropiado para Como agua para chocolate, si otro m¨¢s dotado hubiese conseguido mejores resultados con el mismo gui¨®n, pero posiblemente no tanto ¨¦xito, con Un paseo por las nubes ocurre algo similar. A pesar de su admiraci¨®n por la pel¨ªcula de Blasetti, que le lleva a dedicar la suya al productor italiano Giuseppe Amato, Alfonso Arau no sabe controlar la historia que tiene entre las manos, y el resultado es un aburrido y cursil¨®n melodrama rural.

En ning¨²n momento llega a despertar el inter¨¦s por la gran familia de viticultores de hondas ra¨ªces hisp¨¢nicas, llena de mujeres, comida y ceremonias medio paganas, en torno a la que gira la acci¨®n. En buena parte se debe a la excesiva internacionalidad del reparto, donde, frente al hier¨¢tico norteamericano Keanu Reeves, el desraizado mexicano Anthony Quinn y el incontrolado italiano Giancarlo Giannini, destaca una Aitana S¨¢nchez Gij¨®n m¨¢s bella y menos fr¨ªa que nunca.