Veinte a?os

He de confesar que el magn¨ªfico programa sobre la transici¨®n de Victoria Prego me tiene conmovida. Lo cual es normal y hasta pedestre, propio de la edad madura (o sea, blanda) en la que una ya est¨¢ entrando. Y es que, una vez cumplidos ciertos a?os, a todos nos emociona mucho recordarnos en la inocencia de lo que fuimos.Pero es que adem¨¢s en el programa de Victoria puede apreciarse el colosal esfuerzo que todo el pa¨ªs hizo para saltar sobre el vac¨ªo y la brarse un futuro de modernidad y convivencia. Estos veinte vertiginosos a?os de libertad que ahora cumplimos nos han dado la perspectiva suficiente para analizar lo que hicimos, y el porqu¨¦, y el c¨®mo. De modo que hoy se advierte, como nunc¨¢ antes, el cuidado, la generosidad y la buena voluntad que pusieron la gran mayor¨ªa de los espa?oles en el empe?o de entenderse. Y as¨ª, porque los franquistas se hicieron el haraquiri, y la derecha se recicl¨®, y la izquierda no pas¨® factura, y los sindicatos se apretaron el cintur¨®n, y unos y otros, en fin, intenta ron tolerarse e incluso comprender se, hemos conseguido terminar con una milenaria tradici¨®n de ferocidad social y degollinas. Hubi¨¦ramos podido caer, como Yugoslavia, en un pozo de sangre y sufrimiento. Pero nos salvamos.

Por eso, porque tuvimos coraje, inteligencia y tino; porque el pa¨ªs de hoy es hijo del esfuerzo de millones y millones de ciudadanos, es por lo que acongoja a¨²n m¨¢s el destrozo que el actual Gobierno socialista est¨¢ infligiendo a ese logro com¨²n. Ah¨ª est¨¢n, aferrados al poder, chantajeados porque tienen delitos que ocultar, desenterrando peligrosos fantasmas y destruyendo la fe en las instituciones democr¨¢ticas que ellos mismos ayudaron a edificar hace ya a?os. Qu¨¦ sucedi¨®, d¨®nde se perdieron, por qu¨¦ nos ensucian este aniversario.