La crisis fiscal del Estado
La crisis fiscal del Estado se ha planteado una vez m¨¢s en la pen¨²ltima pol¨¦mica sobre el sistema de pensiones. Para considerar la extensi¨®n del problema conviene acudir a la opini¨®n que tiene la sociedad espa?ola. Seg¨²n Joaqu¨ªn Arango, director del CIS, un estudio realizado en 22 pa¨ªses revela que los ciudadanos espa?oles somos de los m¨¢s favorables a que el Estado resuelva las desigualdades, pero de los menos dispuestos a financiar esa labor con nuestros impuestos; aunque consideramos que el Estado debe paliar las desigualdades y garantizar un empleo a todo aquel que desee trabajar, estamos, por otro lado, muy poco dispuestos a financiar estas actividades con nuestros grav¨¢menes; Espa?a es uno de los pa¨ªses donde la presi¨®n fiscal se percibe como m¨¢s alta. "El espa?ol es un estatalista incoherente", afirma Joaqu¨ªn Arango.El Estado se ve, pues, atrapado entre las continuas demandas de mayores gastos sociales y la resistencia creciente de los ciudadanos a pagar m¨¢s impuestos. ?sta es la historia de la pol¨ªtica econ¨®mica reciente: los intentos de racionalizar el problema, o bien reduciendo los niveles de gasto p¨²blico (fundamentalmente del gasto social), o bien aumentando los impuestos. Ambos t¨¦rminos de la disyuntiva est¨¢n mostrando una gran inelasticidad. A. pesar de los ardores derrochados por los Gobiernos (sobre todo por los Gobiernos conservadores), el gasto P¨²blico ha manifestado en la generalidad de los pa¨ªses europeos una resistencia a la desaceleraci¨®n y en ning¨²n caso se ha producido nada parecido al desmantelamiento del Estado del Bienestar. En cuanto a los impuestos, se ha extendido entre los ciudadanos (entre los que pagan sus grav¨¢menes y no defraudan) una sensaci¨®n de agobio ante los continuos requerimientos de la Hacienda as¨ª como se han desarrollado estrategias de resistencia..
Se tratar¨ªa, pues, de buscar v¨ªas alternativas de financiaci¨®n. Y a ello ha dedicado sus esfuerzos uno de los economistas m¨¢s sensatos de este pa¨ªs, Jos¨¦ V¨ªctor Sevilla (el primero de los grandes ca¨ªdos del socialismo: ces¨® como secretario de Estado de Hacienda, en la etapa de Miguel Boyer, por estar en desacuerdo con la opacidad fiscal de los pagar¨¦s del Tesoro). Sevilla ha realizado un estudio, denominado ?Hacia un nuevo estado patrimonial?, en el que estudia las soluciones cl¨¢sicas ' a la crisis fiscal del Estado, planteando de paso una nueva. Persistir en los aumentos de presi¨®n fiscal a trav¨¦s de los impuestos generales parece imposible ante la resistencia de los ciudadanos; financiar el d¨¦ficit mediante inflaci¨®n (una tasa de inflaci¨®n suficientemente elevada permitir¨ªa aligerar el coste de la deuda, lo que constituye uno de los componentes fundamentales del gasto p¨²blico) no es aceptado por los mercados financieros ni por las restricciones que impone el Tratado de Maastricht; la aplicaci¨®n de precios o tasas en la prestaci¨®n de determinados servicios; p¨²blicos (como la sanidad o la educaci¨®n) tiene la oposici¨®n abierta de las fuerzas de la izquierda y la -no tan abierta- de muchos pol¨ªticos, incluidos los de la derecha.
Sevilla propone el establecimiento de precios por el uso de los recursos naturales- y del capital hist¨®rico acumulado de generaci¨®n en generaci¨®n, entrando as¨ª el Estado en la distribuci¨®n primaria de la renta. "El Estado ser¨ªa una especie de albacea del legado de progreso de las generaciones anteriores, as¨ª como el custodio de los recursos naturales y, como tal, tendr¨ªa el derecho a participar en la distribuci¨®n de la producci¨®n". Esta propuesta deber¨ªa servir para el debate sobre el Estado del Bienestar, fuera de cauces ya agotados.
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