Indur¨¢in choca contra el tiempo
El navarro se retir¨® a la media hora al ver que no pod¨ªa con el record de Rominger
, El sufrimiento de Miguel Indur¨¢in sobre la pista del, vel¨®dromo de Bogot¨¢ s¨®lo dur¨® media hora. 31 minutos 40 segundos y 660 mil¨¦simas, para ser exactos. El tiempo que tard¨® en recorrer 28,333 kil¨®metros, 85 vueltas a la pista, 3.076 pedaladas. El tiempo en que se convenci¨® plenamente de que los 55,291 kil¨®metros -r¨¦cord de la hora impuesto por Rominger hace un a?o- no estaban a su alcance ayer. Hab¨ªa chocado contra el tiempo. En su primer intento ha b¨ªa fracasado en su objetivo de re cuperar el reinado de la hora, el r¨¦cord s¨ªmbolo de los campeones. El desaf¨ªo en solitario al rival absoluto. El intento de r¨¦cord quedar¨¢ para otra ocasi¨®n. Tras una reuni¨®n de varias horas, Indur¨¢in manifest¨® que la temporada se le hab¨ªa hecho muy larga y que re gresaba a Espa?a. El martes esta ya en Par¨ªs, donde se presenta el Tour 1996.
La noche se cubri¨® de presagios. Un aparato cuadrado, con una veleta por debajo y como tres medias- pelotas de tenis por arriba, como una h¨¦lice, no dejaba de ser observado a medida que el d¨ªa empezaba a clarear y se acercaban las seis de la ma?ana, la hora fijada. Las tres cazoletas no paraban de movese coprichosamente -en una u otra direcci¨®n- a medida que las nubes se retiraban. Mientras, Indur¨¢in, bajo los focos, daba vueltas de calentamiento tras una moto. Hab¨ªa aparecido por el vel¨®dromo a eso de las cuatro de la ma?ana, pero no hab¨ªa podido empezar a hacer ejercicio hasta las .4.30. El excesivo celo de los responsables del vel¨®dromo les hab¨ªa llevado a lavar la pista con agua y jab¨®n. Cuando lleg¨® el equipo del navarro el cemento a¨²n estaba h¨²medo. Todos, a proveerse de toallas y mopas para secarlo. Otro presagio. En ning¨²n momento en el pre¨¢mbulo se reprodujo ese ambiente m¨¢gico que anuncia las haza?as. Pesaban m¨¢s las dudas y los nervios. La conjunci¨®n ideal de circunstancias no hab¨ªa aparecido. El objetivo apareci¨® imposible desde las primeras vueltas. "Nada m¨¢s verle rodar le he visto tics de sufrimiento", dijo Ech¨¢varri, el cerebro del intento. A las 5.58 horas, sin esperar a que sonaran las 6, el anem¨®metro -el objeto m¨¢s conocido de toda la tentativa- se par¨® e Indur¨¢in comenz¨® su cabalgada. Hac¨ªa a¨²n fr¨ªo, menos de 10 grados. Hab¨ªa amanecido, pero el sol a¨²n estaba tapado por alguna nube, m¨¢s all¨¢ de la Sierra Oriental que protege Bogot¨¢. La humedad era alt¨ªsima, un 92%. No eran las condiciones externas ideales. Las condiciones del ciclista, tampoco. Indur¨¢in no es un pistero ni puede doblar el espinazo como un contorsionista. Tampoco puede pegar la barbilla al manillar. Eso se daba por descontado. Pero tampoco se contaba con lo que ofreci¨® ayer: la imagen de la incomodidad. Los tics de que hablaba Ech¨¢varri, el contoneo de hom bros, el cambio de posici¨®n en el sill¨ªn, el movimiento de cabeza. Indur¨¢in no iba bien pero se vaci¨® desde el principio en un intento de encontrar el ritmo la cadencia, de sentirse a gusto dentro del trabajo. Se com¨ªa los kil¨®metros a base de impulsos y espasmos, no fluida y regularmente. As¨ª, hasta el kil¨®metro cuatro march¨® a ritmo de r¨¦cord, a menos de 1 minuto 5 segundos por kil¨®metro. Entonces, las cazoletas del anem¨®metro, hasta entonces tranquilas, se dispararon. Fueron como la se?al de que el agotamiento hab¨ªa llegado. El kil¨®metro cinco lo cumpli¨® a¨²n por debajo de los tiempos de Rominger pero su media se hab¨ªa paralizado. Ah¨ª comenz¨® la cuesta abajo. El casco con lentes polarizadas -cristales de color azul, casi como un espejo- comenz¨® a moverse arriba y abajo. Indur¨¢in miraba a la rueda trasera como pregunt¨¢ndole la raz¨®n de que no se acelerara. Miraba los pedales, la cadena. Y cuando pasaba por delante del cacharro maldito no perd¨ªa oportunidad de echarle un vistazo. Bastante notaba ¨¦l el freno del viento, pero necesitaba una se?al de que iba a parar. El viento sopl¨® a una media de 0,3 metros por segundo -1,2 kil¨®metros por hora-, pero en rachas, arrancar y parar, algo m¨¢s doloroso: se vaci¨® en el intent¨® por cortarlo. Hizo un sobreesfuerzo por mantener la media de r¨¦cord en, condiciones imposibles. Fueron constantes cambios de ritmo, el ejercicio con traindicado para el intento. Parece poco 1,2 kil¨®metros por hora, andando es hasta imperceptible; para un atleta es como si no existiera, pero cuando s¨¦ trata de rodar a casi 60 kil¨®metros por hora, cualquier cosa que no sea viento 0 es un obst¨¢culo infranqueable.Si el Rominger de los 55,291 kil¨®metros y el Indur¨¢in de ayer hubieran salido juntos a la pista de Bogot¨¢, el suizo habr¨ªa doblado al navarro en el kil¨®metro 15. M¨¢s de 22 segundos de retraso llevaba acumulados Indur¨¢in con respecto al tiempo de paso de Rominger. Para recuperarlos, el navarro deber¨ªa rodar los restantes kil¨®metros de la hora a una media cuatro segundos por kil¨®metro inferior a la que estaba manteniendo. Deber¨ªa rodar los 43 minutos que le quedaban a una media de 56,730 kil¨®metros por hora. Hasta entonces hab¨ªa marcado una media de 54 por hora. Parec¨ªa dif¨ªcil, pero no imposible. Era poco m¨¢s de lo que se hab¨ªa so?ado. E Indur¨¢in no daba s¨ªntomas de ir a m¨¢s. M¨¢s bien todo lo contrario: cada vuelta que pasaba, m¨¢s retraso acumulaba.Entre el griter¨ªo de un p¨²blico -mucho chaval y mucho espa?ol de los emigrantes entre las 3.000 personas que se pegaron el madrug¨®n para vivir una hora de ilusi¨®n- animado constantemente por los altavoces, y que cuanto peor iba Indur¨¢in m¨¢s gritaba y alentaba, los t¨¦cnicos del navarro empezaron a debatir si arrojar la toalla o esperar el imposible. Era como suplicar un milagro con la fe del carbonero. El mientras hay vida hay esperanza que dicen los desesperados. Aunque el anem¨®metro dejara de dar vueltas Indur¨¢in no iba a recuperar las fuerzas perdidas. 10 vueltas dur¨® el debate. Finalmente triunfaron los partidarios de la eutanasia. "No se pod¨ªa prolongar el sufrimiento de Miguel", dijo Ech¨¢varri. Indur¨¢in hab¨ªa corrido a 53,683 kil¨®metros por hora durante poco m¨¢s de med¨ªa hora.
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