Indefensi¨®n 2

La extra?a ceremonia de la confusi¨®n interpretada por el juez Moreiras y el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Jos¨¦ Aranda, a prop¨®sito de la detenci¨®n y posterior libertad de Mario Conde, se convierte en una grave muestra del grado de indefensi¨®n que vive la ciudadan¨ªa. Desde hace meses, y sobre todo desde que se supo que hay negociaciones mafiosas por todo lo alto y que hemos conseguido ese nivel moderno de relaci¨®n pol¨ªtica-delito exigible para homologar a las democracias m¨¢s c¨ªnicas, debe abandonarse cualquier esperanza sobre la clarificaci¨®n de todas las corrupciones censadas, la de los GAL, sin duda, la m¨¢s lacerante. Al contrario. Cada d¨ªa se ampl¨ªa la trama de los GAL descaradamente, se consolidan las tramas gubernamentales y parlamentarias responsables de que se obstruya la investigaci¨®n judicial y de que no se creen las comisiones parlamentarias de clarificaci¨®n pol¨ªtica. El chalaneo en torno a la posible comisi¨®n senatorial, con un ministro capaz de amenazar presupuestariamente a los canarios si una parte de sus representantes se niega a entrar en las tramas parlamentarias de los GAL, merece una nueva versi¨®n de la Historia de la infamia escrita con chaleco antibalas y ordenador a prueba de virus.Mientras tanto se ha elegido a Jim¨¦nez Villarejo para que luche contra la corrupci¨®n, en una prueba m¨¢s de la esquizofrenia gobernante, que, mientras esconde y protege a sus demonios, colecciona exorcistas tan incuestionables, Garz¨®n y Belloch antes y Jim¨¦nez Villarejo ahora, para que los encuentren. O esquizofrenia o sadomasoquismo, o ganas de manchar de complicidad a los referentes ¨¦ticos que nos quedaban para que se ultime la impresi¨®n de fatalidad sobre la equivalencia entre pol¨ªtica y delito. Asumamos el estado de Presunci¨®n de indefensi¨®n y a esperar milenios mejores.